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2020BarinasOpinión

Arrancar la universidad no es ceder al régimen, es derrotarlo – Por Abraham Sequeda

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Al respecto de la situación de las universidades, ¿Qué más se puede decir?, ¿Qué más se puede agregar? Comenzar a encontrar la vía de resolver el problema de las universidades y con el propósito además de retroalimentar positivamente, para eliminar el elemento más nocivo de su propia existencia, que es precisamente la estructura de poder gobernante en el país, debemos pensar en la práctica, el cómo poder graduar profesionales de calidad y en cantidades suficientes que satisfagan las necesidades de personal calificado en nuestro país.

Una vez que ya sabemos lo que debemos hacer, pasamos a querer hacer y creer que se puede y luego valorar los recursos que tenemos para lograr el objetivo planteado. Cuando evaluamos lo anterior, cuesta no referirse a dos frases como parte del discurso del presidente norteamericano J.F. Kennedy el 12 de septiembre de 1962.

Nos reunimos hoy en una facultad que destaca por su conocimiento, en una ciudad que destaca por su progreso, en un estado que destaca por su fuerza, y son tres cualidades que necesitamos en este momento de cambio y desafío, en una década de esperanza y temor; en una era de conocimiento e ignorancia…

Elegimos ir a la luna. Elegimos ir a la luna en esta década, y también afrontar los otros desafíos, no porque son fáciles, sino porque son difíciles, porque esta meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y aptitudes, porque es un desafío que estamos dispuestos a aceptar, que no estamos dispuestos a posponer, y que tenemos toda la intención de ganar, también a los demás.

Para plantear el reto de arrancar o activar a las universidades debemos estructurar un plan real y llevarlo a efecto con ayuda de profesores, estudiantes, personal administrativo, técnico y obrero. Es necesario aclarar y no confundir esta intención con las universidades, en su aplicación, sobre la educación básica, media y diversificada; en estos niveles son niños aún, adolescentes los cuales muchos no han alcanzado una preparación, madurez o simplemente independencia familiar, que permita involucrarlos frente a este desafío, y sobre todo no gozan de la autonomía de las universidades nacionales.

En cuanto a la autonomía universitaria, esta, es el elemento necesario que nos permite abordar el reto y poner a prueba realmente si este concepto está vigente y tenemos la capacidad de desarrollarlo y con nuevos enfoques, nuevas carreras, contenidos ajustados a la realidad, sistemas de aprendizaje modernos, construir criterios de productividad y calidad en el campus universitario y múltiples medios de financiamiento, y sobre todo servir como fuente de inspiración y creación.

Justamente por ser el tema universitario, un asunto de interés nacional y vital para reconstruir el país, es necesario tratarlo con la debida profundidad; para lo cual, ir a la raíz o más bien a los inicios de la universidad, su semilla, sus promotores y mentores que dieron origen a esta corporación del conocimiento y sus reformas, debe generar la suficiente cantidad de acciones como consecuencia, en alcanzar la meta establecida. Es a partir de este enfoque la presente propuesta.

 

@abrahamsequeda