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Todo constituye un estirado movimiento bufo. Primero Justicia y su líder Henrique Capriles entraron por el aro a respaldar las elecciones orquestadas por el régimen para este año. Abandonaron así a Juan Guaidó y el llamado G4. Grupo de cuatro partidos: Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular y el salido Primero Justicia.

Atrás quedó la lucha por la liberación de Venezuela. De nada valió para ellos exponernos multitudinariamente en las calles ante sus llamados unitarios. Olvidaron por completo el cese de la usurpación. Ahora quieren ser parte de ella, a como de lugar. Ignoran la composición desequilibrada del CNE. Tres a dos no les parece suficiente como imposición de criterios. En el caso negado de que los dos camuflados sean opositores. Olvidan la falencia en la legitimidad de origen de la Asamblea Nacional, desconocida por el mundo. Ignoran por completo que el Consejo Nacional Electoral lo designó una espuria Asamblea Nacional que nadie democráticamente eligió, que tambien impusieron, como imponen la muerte.

¿Separación democrática de poderes? Ignoran el desconocimiento del régimen del terror de la Asamblea Nacional legítima. La misma a la que buscan permanentemente frenar en su accionar, a la que le cortaron hasta la luz, los sueldos, el personal, el hemiciclo.

Tal vez a Capriles le agradó bastante, hasta el paroxismo, tener un «protector» como Elías Jaua, mientras el primero fungió como gobernador en Miranda. Tal vez lo de algunas empresas brasileras por las que lo señalan se prolonga en el tiempo, en el espacio. Tal vez la negociación incluya darles Miranda en la repartición «justa» de gobernaciones y alcaldías. Tal vez ignoran el funcionamiento paralelo en Táchira, por ejemplo, con su flamante protectorado. La inutilidad de algunas «elecciones». Tal vez creen que los mirandinos, que los venezolanos, somos rependejos.

Así como saltó Américo de Gracia en Bolívar, cambimbiando sin la Causa R, la misma a la que le robaron la gobernación en un decir prolongado e inaudible para muchos de Andrés Velázquez (estuve en un acto en la UCV donde Velázquez gritaba «robo» con copia de actas en las manos), ahora brinca en Miranda el delfín del otro. No merecen ser electos. Merecen el más alto desprecio y repudio ciudadano. Negocian la libertad por pequeñeces dadivosas. Se venden al único postor. El traje rojo nada mal les quedaría, por cierto. O una franela con la insignia del PSUV, con ojitos y todo.

¿A quiénes pretenden engañar y arrastrar? ¿Por cuántos años más vislumbran acompasar este terrorismo activo? Andaba buscando justamente en el diccionario la palabra vergüenza y sus derivados múltiples. Para algunos el voquible no existe. Tampoco el diccionario sino los churupos. Suman al proyecto atomizador político del régimen. A su visión maquiavélica de división para prolongar el «mandato». Ah, olvidé que el artículo para ser coherente respecto al título debía mencionar a Ocariz, Carlos. Pero tropecé en el diccionario con palabras como engreído, ególatra, y por la «e» sigo divirtiéndome un rato en este encierro de cuarentena que el régimen desea interminable hasta diciembre, para su conveniencia, claro. Muy evidentemente. Es más interesante hablar del diccionario y usarlo. Se los recomiendo.