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El amor tan grande que sentimos por nuestros hijos es incondicional, crea ese lazo fiel de lealtad, que nada puede igualarse. No obstante, hoy más que nunca ciertas ideologías totalitarias están amenazando con destruir a la familia. Eso no podemos ponerlo en duda; ya en 1921 Alejandra Kollotai, en unos de sus escritos habla de la familia como algo que debe ser debilitado.

La familia bajo la ideología comunista ya no será como la conocemos, sino que “se levantará” una gran familia universal de TRABAJADORES, en el cual todos los trabajadores hombres y mujeres, serán ante todo “obreras y camaradas”.

Ahora bien, en la familia ocurre un ciclo: todo individuo tiene un ciclo vital, nace, crece, se desarrolla, se multiplica y muere. Y ese ciclo tiene su origen en “LA FAMILA”. Muy cierto que los hijos crecen y deben abandonar el nido, buscando realizar su proyecto de vida.

¿Que la familia cambia? ¡Indudablemente! Y continuará haciéndolo. Es una institución social de gran importancia, a través de ella la sociedad se hace más estable y fuerte, saludable.

En un Estado comunista, la familia se degradada a la nada, usurpando incluso su rol de crianza de sus hijos. “El hombre nuevo, de nuestra sociedad, será moldeado por las organizaciones socialistas… Alejandra K., (1921). Siendo esto el reflejo del manifiesto comunista, donde claramente se puede leer: “ABOLIR A LA FAMILIA…”

La diáspora venezolana se acentúa cada día más. Los padres deben abandonar su familia para buscar un mejor vivir; miles han dejado a sus hijos con sus abuelos, tíos, hermanos en busca de una vida digna. Los hijos deben dejar a sus padres muchos antes de tiempo, para apalear la situación en que viven; unos tantos sin culminar sus estudios, otros para hacerlo o simple y mayoritariamente para trabajar.

Irrumpiendo el ciclo normal familiar. Padres con un nido vacío temprano, lo que provoca una tristeza, un daño irreparable en muchos casos; puesto que está creciendo la tasa de suicidio, divorcios.

La Iglesia católica le llama demonio (no quiere decir que el diablo no exista, existe la maldad). Lo que si nos debe quedar claro es que, mientras más socialista es el Estado, más se vuelve intruso en la familia. Ejemplo de ello: “La Familia comunal” bonito termino para hacer caer a los incautos.