Hace unos meses tuve un momento que puedo describir como algo injusto y muy molesto, ya que se trataba de un policía de Aragua que, al notar que iba caminando tomada de la mano con mi novia por la avenida Bolívar de Maracay, se acercó para reprimirnos con palabras diciendo que “esto no era España, ni Argentina”, y que algo tan normal como caminar tomada de la mano con tu pareja no era bien visto y no podía hacerlo.
Esa fue la primera vez que fui víctima de la intolerancia.
Esta situación que pasé me hizo pensar muchísimo, ya que no solamente estamos ante un atraso en cuanto a tecnologías y todo lo que brinda la libertad, sino que también es evidente el estancamiento moral de parte de aquellas personas que creen tener la potestad de imponer sus creencias por encima de la libertad de ser, de pensar y de la libertad de vivir la vida como a uno mejor le parezca.
Sin duda, estamos ante un rechazo a lo diferente. Lamentablemente, una parte significativa de la población venezolana, de cierta manera, se niega a respetar y a tolerar el amor y la unión entre personas del mismo sexo. El régimen también ha sido parte de esta realidad, ya que su ideología condena firmemente la homosexualidad y la bisexualidad, incluso ese rechazo está establecido de manera explícita en las leyes del país.
Rechazar la homosexualidad y bisexualidad no solo implica condenar la unión entre personas del mismo sexo, sino con ellos sus derechos como individuos, por tal motivo, es fundamental educar a la sociedad en cuanto a estos temas para así tener un país con una sociedad que ya no rechace lo diferente, sino que respeten a quienes decidimos ser diferentes. Que el respeto que merecemos no sea porque somos gay, lesbiana, bisexual, transexual, etc., sino porque somos humanos. Que lo que nos hace mejor persona son nuestros valores y principios, y no nuestra orientación o identidad sexual. Que tenemos los mismos derechos que ellos y que todos debemos ser iguales ante la Ley.
El rechazo a lo diferente está presente en Venezuela y por ello, nuestra lucha no debe ir hacia el camino de los privilegios, sino por el camino de los valores, de los derechos y de la libertad.
Jubelys Álvarez
@jubelysmab