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Con un gran despliegue de fanfarria propagandística, los habitantes de Cumaná en el estado Sucre fueron convocados a finales del mes de julio para que asistieran al acto de reinauguración de la pista de atletismo del complejo polideportivo Félix “Lalito” Velásquez. La duda no se hizo esperar entre los cumaneses, “no queremos caer por inocentes otra vez”, era el comentario generalizado entre la población. “El gobernador” Edwin Rojas tiene más de tres años con el mismo anuncio y nunca ha cumplido a pesar de que los presupuestos para el rescate de las instalaciones deportivas han sido aprobados en reiteradas oportunidades.

Sin embargo, llegado el día de la reapertura de la pista atlética, el pueblo acudió masivamente, apelando al refrán popular de “ver para creer”. Todos los presentes quedaron maravillados por el colorido de la pista, de un azul brillante que enceguecía a los presentes con el reflejo del sol. Luego de cortar la cinta, “el gobernador” toma el micrófono y comienza a cantar el éxito de Domenico Modugno, la inolvidable canción “Volaré” poniendo énfasis en el estribillo “Nel blu dipinto de blu”. Todo el personal de protocolo que acompañaba al “gobernador” se hizo eco de la canción entonando el azul pintado de azul.

Pero llamaba la atención que el personal de seguridad no permitía que nadie se acercara a la pista. Muchos pensaban que esa limitación obedecía a que el material sintético que cubría toda la pista estaba recién colocado y era necesario esperar un tiempo para su fijación y posterior uso. Pero la realidad era otra: no había material sintético, la pista era de asfalto recubierto con pintura azul para simular el material sintético.

Este “gobernador” cara dura engañó a los deportistas sucrenses, al igual que lo hizo Tarek William Saab, gobernador de Anzoátegui en el 2007 en compañía de Aristóbulo Isturiz, Jorge Rodríguez y Eduardo Álvarez que mandaron a pintar la pista de atletismo del complejo polideportivo de Barcelona para que diera la impresión de ser material sintético cuando solo era tierra pintada. Catorce años después, la pista sigue pintada y debemos pensar que, de continuar este régimen en el poder, va a ocurrir lo mismo con la pista de Cumaná.

Muchos piensan que en ambos mandatarios y sus secuaces privó la arrogancia del ser poderoso y la burla a un pueblo con la finalidad de continuar disfrutando las mieles del poder. En su descarada manipulación  propagandística revolucionaria representan una versión caricaturesca del mariscal duque Grigori Alexandrovich Potemkin (17391791), personaje que se hizo famoso por engañar a los gobernantes con la construcción de pueblos artificiales.

Según la leyenda, antes de una visita de su soberana la zarina, Potemkin, el favorito, hizo edificar bastidores/fachadas pintadas a lo largo de la ruta de visita de Catalina la Grande, para presentar pueblos idílicos en la recién conquistada Crimea con el propósito de encubrir la verdadera situación catastrófica de la región.

El Potemkim Edwin Rojas utilizó las mismas artimañas que su homólogo ruso para pintarles pajaritos preñaos pintados de azul, a todos los que escuchaban sus alucinantes explicaciones sobre la reinauguración de la instalación deportiva. Quizás en algún momento los ciudadanos cansados de ser engañados, se les oiga cantar al mejor estilo de Daniel Santos “Vete, no te quiero ver más en mi camino”.