El deterioro del sistema educativo venezolano en todos sus niveles, así como de la administración pública, ha sido intencional. El régimen de Nicolás Maduro, de la mano de la Oficina Nacional de Presupuesto (ONAPRE), asumió de manera esquiva la cancelación de los compromisos concebidos con los docentes en las contrataciones colectivas y los derechos laborales adquiridos a lo largo de la historia. Pero no pudieron con los maestros.
Cada docente sabía que no se trata de un préstamo, de una dádiva, ni de una limosna, sino de un derecho como trabajadores, aunque el régimen, a través de sus políticas salariales, sólo los ha empobrecido.
¿Cómo se podía concebir el pago fraccionado del bono vacacional en tres partes: 10 días de bono en agosto, 10 en septiembre, 20 en octubre y 65 para ser pagados en 2023? Eso era una burla para vulnerar de manera flagrante las condiciones salariales del personal docente y administrativo (activo y jubilado) de las universidades del país, así como otros trabajadores de la administración pública.
Aún así, con su reclamo permanente en la calle y en cada estado del país, los maestros los hicieron retroceder, y no acabará ahí. Por eso, nuestro respaldo absoluto a estos luchadores y nuestro compromiso con defender su causa, que es la nuestra.
No pudieron con los maestros, ni podrán con Venezuela.