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(Cumaná. 29/11/2022) A nuestro padre de la patria, Simón Bolívar, se le atribuye la siguiente frase: ¿Trescientos años de dominación española no bastan?

El día 27 de noviembre nuestra ciudad de Cumaná arribó a un nuevo aniversario de su fundación y emulando a nuestro libertador también nos preguntamos: ¿507 años de atraso no son suficientes?

Para este pequeño enfoque solo analizaremos tres aspectos: el industrial, educativo y sanitario a nivel de estructura.

En la ciudad de Cumaná se ha perdido el 90% de su capacidad industrial instalada.   Solo con mencionar la desaparición de la ensambladora japonesa del vehículos Toyota, las enlatadoras La Gaviota, Compañía Anónima Industrial de Pesca, (CAÍP);  la Flota Industrial Atunera del Pacifico (FIPACA), entre decenas de pequeñas y medianas empresas de diferente naturaleza instaladas en las zonas industriales de El Peñón y San Luis; construidas y financiadas por Corpoindustria, en aquella Venezuela de otros tiempos cuando existía progreso y desarrollo.

Si hablamos de la industria de la construcción hace más de 20 años no se construye un edificio ni una urbanización en Cumaná.

Muchas familias no tienen ni como reparar una pared, pintar la fachada de su vivienda ni reparar una filtración de agua en su hogar.

En educación mencionaremos el caso insólito de la destrucción de la UDO o Universidad de Oriente.  El IUT o Tecnológico de Cumaná. Por no decir que en muchos planteles de educación primaria y secundaria los representantes deben llevar pupitres para sus hijos, útiles y materiales de limpieza, así como hojas recicladas para expedición de notas y constancias.

En el aspecto sanitario solo observe las lagunas de aguas negras con las cuales debe convivir la población. Aguas negras en el Mercado Municipal de Cumaná principal centro abastecedor de alimentos.

Por otra parte, el permanente racionamiento de agua potable en toda la ciudad ahora llamado «sectorización del agua».

En el Hospital Central Universitario ya es común ver escenas de «pacientes moribundos, casi sin fuerzas», bajar desde el piso 9 por las escaleras a buscar un tobo de agua para descargar los sanitarios.

Yo le preguntaría a mi padre Simón Bolívar lo siguiente: ¿eso es vida? ¿Por qué nos abandonaron nuestros hijos, nietos, primos, hermanos, vecinos, (aproximadamente 8 millones) y se fueron al exterior?

Cristian Silva Potellá

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