En las bienaventuranzas cristianas del Sermón del Monte leemos: «bienaventurados los pobres, los que lloran, los mansos, quienes tienen hambre y sed de justicia; los pacificadores; quienes padecen persecución por causa de la justicia…porque de éllos es el reino de Dios».
Por otra parte, y de acuerdo a estadísticas confiables se estima en ocho millones el número de venezolanos quienes por diferentes vías y razones han abandonado su país; en particular por motivos económicos, políticos y de sobrevivencia…de vida. El más sagrado derecho fundamental.
Al respecto, el señor David Smolansky expresa: «¡Este régimen tiene que salir! De lo contrario la crisis de migrantes y desplazados venezolanos aumentará. A Maduro no le importa terminar de vaciar el país».
Y rememorando un reciente pasado de tres décadas cuando saqueos de comercios en las ciudades de Guarenas, Guatire, Caracas y otras metrópolis, dieron origen a un cambio de timón en el poder ejecutivo nacional; es imperioso preguntarse: ¿los nuevos saqueos en Cumaná y otras localidades estarán presagiando otro cambio de status nacional? O la presentación del libro «Carlos Andrés Pérez , el presidente que murió dos veces», ¿producirá vientos de cambios en nuestro país?
Amanecerá y veremos.
Igualmente, el santuario del conocimiento libre representado por las universidades autónomas, donde «los pobres» -gratuitamente- se empoderaban, como la Universidad de Oriente, UDO; le quemaron sus bibliotecas, todos los laboratorios, destruyeron edificios, techos, autobuses, comedor… todo… todo… todo. Pero lo único que se negó a extinguirse fué «la conciencia libertaria, imposible de domar, fundirse o desaparecer por el tiempo o la barbarie socialista».
Es en este escenario y contexto donde aparece un canto a la esperanza, a la justicia, y a un nuevo orden de rectitud institucional en Venezuela, representado por la incólume e intachable figura política de María Corina Machado, y además enfatizando: «estoy convencida que en Venezuela si habrá justicia; hoy me dirijo especialmente a los presos políticos, los emigrantes y sus familiares. Quiero que sepan que no están solos».
De tal forma que los pobres de nuestro país, con Vente Venezuela, pueden tener la absoluta confianza que si heredarán el Palacio de Miraflores.
Cristian Silva Potellá.
(Coordinador de Comunicaciones Vente Sucre).