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En cada rincón de Venezuela la presencia de María Corina Machado se siente con una fuerza que va más allá de la política; es una fuerza que une, inspira y moviliza. Los encuentros multitudinarios en cada lugar que visita son una clara muestra de la esperanza que representa para el pueblo venezolano.

Desde el estado Trujillo, las multitudes se han desbordado para recibir a María Corina. En Sabana de Mendoza, las imágenes capturadas por un dron mostraron un impresionante ‘río’ de personas que salieron de sus hogares para acompañarla, llenando las calles con globos, banderas y gritos de apoyo. Estos no son solo eventos políticos; son manifestaciones de un pueblo que ve en ella la posibilidad de rescatar la democracia, la libertad y la unificación de las familias venezolanas.

En los tiempos más oscuros, la luz de la esperanza brilla con más fuerza, y esa luz, para muchos venezolanos, lleva el nombre de María Corina Machado. Su lucha incansable por la democracia, la libertad y la unificación de las familias venezolanas ha resonado en los corazones de un pueblo que ha visto demasiado sufrimiento y división.

María Corina no es solo una política; es un símbolo de resistencia y la personificación de la esperanza. Su voz se ha alzado contra la injusticia y la opresión, y su mensaje ha sido claro: Venezuela merece más. Merece ser un lugar donde la democracia no sea solo una palabra, sino una realidad vivida; donde la libertad no sea restringida, sino que florezca en cada esquina; y donde las familias, separadas por la necesidad y la desesperación, puedan finalmente reunirse bajo el cielo de su patria.

La candidatura de Edmundo González Urrutia, apoyada por María Corina y toda la unidad democrática, es un reflejo de esta visión. Edmundo, un hombre de vasta experiencia y profundo conocimiento, representa la promesa de un liderazgo que puede llevar a Venezuela hacia adelante. Su apoyo no es solo político, es un voto de confianza en la capacidad de Venezuela para reconstruirse, para sanar las heridas del pasado y para embarcarse en un nuevo capítulo de su historia.

El 28 de julio los venezolanos tendremos la oportunidad de elegir no solo a un presidente, sino también el destino de su nación. Con líderes como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, la esperanza no es solo un sueño; es un plan de acción, un camino a seguir, una promesa de un futuro donde Venezuela pueda volver a ser el país próspero y unido que todos recordamos y anhelamos.

Julio Gutiérrez

Coordinador estadal de Promoción de Valores de Vente Yaracuy