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¿Por qué razón tengo desde el inicio de la carrera presidencial de los Estados Unidos de América aseverando que Donald Trump ganará la nominación republicana y que llegará a la Casa Blanca? Porque su estrategia de Marketing Electoral es impecable y su Comunicación Política infalible, por lo menos hasta este momento.

Cuando los Estados Unidos de América se conmociona por la llamada “Masacre de Orlando”, donde un fanático extremista del Islam disparó contra la humanidad de un grupo de ciudadanos que participaban en una fiesta de homosexuales, arrebatándoles la vida a 50 personas, debemos estudiar las reacciones de los candidatos presidenciales alrededor del episodio.

Este hecho, en medio de la campaña electoral, es un factor fundamental para estudiar la capacidad de reacción no sólo de los candidatos presidenciales de los EEUU sino de los grupos de apoyo.

Veamos pues. Trump, magistralmente haciendo uso primeramente de las Redes Sociales (Facebook para ser más específico) lamentó el hecho y enmarcó impecablemente el suceso con su discurso político.

Acusó al Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y a su posible contrincante demócrata, Hilary Clinton, de actuar con temor ante una nueva agresión de grupos extremos del islam.

Inquirió sobre las razones por la cual sus oponentes del Partido Demócrata no califican a los terroristas como “Islam Radical” y aseveró que “mientras no le hablen claro al país, siempre quedará la duda”.

Trump señaló a los demócratas de ser timoratos, y los calificó como los causantes de que EEUU sea una nación insegura; agregó que con él los “Estados Unidos será segura, América será grande otra vez”.

No obstante, el ya candidato de los republicamos propuso, como parte de su oferta de campaña,   que de ser elegido Presidente de los Estados Unidos prohibirá la entrada de inmigrantes provenientes de países con antecedentes de terrorismo islámico.

El magnate expuso su planteamiento de forma llana y sencilla: “el público tiene el derecho a saber cómo esa gente llegó aquí, como llegó a esta ‘gran tierra’ y por qué están aquí”.

Donald Trump, con su característico estilo frontal, irónico y acusador, dijo que: “Díganme si hay algo más estúpido que el ingreso de inmigrantes sirios«

Como se puede observar el aspirante del partido del elefante, aliado de los sectores conservadores y ultraconservadores de los EEUU, pudo sacarle provecho a lo sucedido y ganarse más votos de los que ya tenía en el bolsillo.

Por su parte, los candidatos del partido del asno, Hilary Clinton y Bernie Sanders, fueron más ambiguos que el republicano.

Tanto ellos como sus aliados enfilaron sus baterías contra la venta legal e indiscriminada de armas dentro de los Estados Unidos, un tema tabú internamente y que al utilizarlo acerca más a los conservadores a Donald Trump.

Además, los demócratas expresaron sus críticas en contra de la homofobia para así ganarse los votos de los liberales, no obstante la forma planteada también fue un ataque diagonal a sectores evangélicos dentro de USA y a la minoría católica en aquel país.

Por estas razones, y muchas más (que por carencia de espacio no se pueden detallar), es que Donald Trump va en su tren imparable rumbo a la 1600 Pennsylvania Ave NW, Washington, DC 20500, Estados Unidos.