Los pronunciamientos recientes del Tribunal Supremo de Justicia Legítimo y de la Asamblea Nacional, tampoco ha afectado ni ha hecho reaccionar a los supuestos contrincantes de Maduro, lo cuales deberían revisar sus aspiraciones presidenciales, por el momento, porque van en favor de un proceso electoral no válido e inconstitucional.
Me refiero a los señores Henry Falcón, Javier Berlucci y a Leocenis García. De seguro, si el engomado Escarrá, se hubiera referido a esta juntilla de caballeros, justo después de que las hordas chavistas le partieran a él la frente con un botellazo, habría dicho en su rebuscado “palabrerío legal”, que esos caballeritos andarían en “contubernio” contra la Constitución y las leyes de la República, aunque nada, si el atentado a botellas baja un palmo y da en un ojo, hoy lamentablemente se lo llamaría “el tuerto Escarrá”, sin más ni menos ¡Dios lo guarde sano!.
Sin embargo, los tales andan en contubernio, dígalo o no Escarrá, lo cual es un delito penado por la ley, es decir, hay una asociación con “alguien” más, para tratar de estafar a un proceso eleccionario que debe darse claro y democrático, a la luz de la Constitución nacional, la ley electoral y las demás leyes que colindan con éstas. Con candidatos inválidos, pero además dejando por fuera a partidos políticos, eliminados por la fuerza y a capricho de Miraflores, incluso, siendo partidos que aglutinan a las mayorías de electores, precandidato natural preso y otros en el exilio y hasta una mujer valiente y esclarecida como María Corina Machado, montada en las encuestas, por encima de todo lo cual, esa asociación de caballeritos, ayudando al régimen a violentar la Constitución y las leyes, ser partícipe de un proceso electoral viciado a todas luces.
En efecto, un fraude palpita en el corazón de esos cuatro personajes de la anti-natura política; un fraude bidimensional se espera incluso, para complacer peticiones desesperadas de última hora, pero en total es fraude también, sólo que el de última hora, tampoco tendrá apoyo de nadie en el mundo, ni de dentro mucho menos. Uno de los personajes dijo, hace más o menos un mes, “habrá sorpresa”, sobre lo cual este escribiente dijo “entre cómplices no hay sorpresa, cualquier mala cosa se espera, la cual de todos modos será subsanada por la Constitución y la ley”. Entre tanto, no hay puertas cerradas para nadie, la negociación no lastimera es fundamental en política, en la guerra no, en ésta se busca las bajas de personas, pudiendo evitarse en la negociación a tiempo, aunque créanlo actores políticos, ¡El hambre hace bajas desde hace ratos!