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Tratar de describir la odisea que se debe pasar si quieres salir de Anzoátegui a cualquier lugar de Venezuela sea por aire, tierra o mar, convertiría a la Odisea de Homero en un cuento de hadas. Como somos de retos empezamos nuestra travesía, de forma ingenua pensábamos llegar el día miércoles a eso de la cinco de la tarde a Maiquetía ya que nuestro vuelo debía salir a las 3:40pm, pero no contábamos con la astucia de la línea aérea RUTACA, que no solo ya venía con  retraso, sino que ese mismo vuelo tendría que suplir otra rutas, haría una prueba en la ruta Barcelona-Caracas, después tomar unos pasajero llevarlos a Puerto Ordaz volver a Caracas, Caracas-Barcelona y para rematar Barcelona – Puerto España en Trinidad para que al fin se dignaran en buscarnos e ir finalmente a Caracas. Esa noche nos tocó dormir en las sillas del Aeropuerto José Antonio Anzoátegui para llegar a Maiquetía a las 3.30 am.

Al llegar a la capital de nuestro maltratado país, nos tocó hacer turismo de aventura; el Metro de Caracas. Era de madrugada y parecía ya un hervidero de personas dando gritos y empujones. En ese momento me separé de mis compañeros de aventura que se dirigían a la ciudad jardín, Maracay. Sola pasé de la línea 1 a la línea 2 entre pisotones, vendedores ambulantes, artistas urbanos y arrebatones, primer día superado.

El día antes de nuestro retorno recibo ese mensaje fatídico que decía que nuestro vuelo de retorno fue cancelado, empezamos a llamar a las líneas aéreas todas sin un pasaje hasta agosto, no quedo de otra sino asistir al terminal privado que viaja a toda la zona oriental, la lista de espera del autobús dela mañana estaba llena y uno de los choferes me comentan el de la noche aún tiene puestos, ya que los autobuses de ese horario los están atracando antes del Guapo y la gente no se quiere comprar ese a menos que no le quede de otra, y nosotros tenemos que trabajar para comer. Solo quedo encomendarnos al creador.

Ya en Barcelona a salvo, solo me quedo reflexionar que moverse por aire, tierra o mar ya que salir de Puerto la Cruz a margarita es digno de Odiseo en Venezuela se ha convertido en un suplicio y un sacrificio. El deterioro del transporte es un resumen casi perfecto de los múltiples efectos de la crisis que vive el país, debido a la incompetencia de este. Para finalizar, debo advertir que de no tomarse medidas, la situación seguirá empeorando, y sin transporte, un país no puede trabajar, y sin trabajo no hay comida.

@Nanapesquera