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¿Qué es más peligroso que un político populista? Un político populista, y de izquierda.

Ahora, sumemos a esto una actitud insolente, procaz, de lenguaje soez, totalmente irritante y desvergonzada, con intentos de jocosidad… el resultado: Rafael Lacava.

Para nadie es un secreto que la política venezolana se ha convertido en el hazmerreir de América latina. Donde ocurren riñas en la mismísima Asamblea Nacional, donde un chofer de autobús viste la banda presidencial, y donde alguien que se autodenomina “Drácula” llega a ser el gobernador de un estado crucial para el país.

Un personaje que en los últimos días se ha dedicado a arremeter en contra de las autoridades de mi alma máter, la prestigiosa Universidad de Carabobo. De manera descarada, ha acusado a la rectora y al secretario de dicha casa de estudios, de corrupción y malos manejos administrativos, además de amenazar con quebrantar la autonomía universitaria. Y digo de manera descarada, ya que es curioso que tales acusaciones provengan de alguien que fue acusado de ocultar fondos en Suiza y Andorra mientras fungía en su cargo de embajador.

Esto, sin mencionar el desempeño deplorable e incoherente que ha llevado a cabo durante su «gobierno». Ya que, en reiteradas ocasiones, hemos escuchado al régimen nacional culpar al bloqueo impuesto por Estados Unidos, y alegar que por ello nuestra economía no deja de ir en picada. Entonces, de existir tal bloqueo, ¿cómo fue posible la compra de 14 unidades de transporte escolar estadounidense? Para supuestamente solucionar el dolor de cabeza que sufren todos los carabobeños diariamente en materia de transporte público. La respuesta es un misterio, tal y como la procedencia de esa chatarra.

Para este bufón lo único que pareciera importarle es hacer el ridículo en las redes sociales, vanagloriase de míseras dádivas otorgadas a los ciudadanos y publicitarlas de la manera más ruin y nauseabundamente populista posible. Todo ello a la par que el estado sufre problemas realmente serios que no son tratados por nuestro pintoresco gobernante, como el tema del agua, donde sectores pasan semanas consecutivas sin saber lo que es que una gota salga del grifo.

Carabobo no fue el estado que me vio nacer y crecer, pero sí en el que me estoy formando académicamente, para que, en conjunto con mis futuros colegas politólogos, compañeros abogados y economistas, precisamente evitemos que este tipo de politiqueros lleguen a ocupar cargos tan importantes. Es labor nuestra volver a Venezuela una nación respetable nuevamente, con actores políticos que den la talla y realmente se encarguen de los problemas que aquejan a la nación.

Es importante que nunca olvidemos que el ciudadano es quien elige a su representante, y como tal, éste es un empleado a las órdenes de lo que el pueblo demanda.

@garciasylum