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Las canciones no sólo son buenas para definir sentimientos sino que también lo son para describir momentos. De mis preferidas esta un gran tema de Gustavo Ceratti y su Soda Stereo, que muchos estoy seguro habrán escuchado. La canción a la que hago mención tiene por nombre ‘En la ciudad de la furia’ tema que, por cierto, me va a servir para describir a esta Venezuela que hoy es un país en furia literalmente. Un país en efervescencia. Descontrolado por los errores de un régimen pero controlado por los corruptos del mismo.

Este es hoy un país que lejos de ser un cuento es una historia real y latente, que se lleva tras su paso todo lo que puede. Si para Gustavo, Buenos Aires se veía susceptible, esta Caracas para mí se ve, aunque físicamente desvencijada y destruida, moralmente firme y decidida. Es una destrucción visible en sus aceras, callejones, avenidas, urbanismos, etcétera, pero una fortaleza admirable en la rebelión de sus ciudadanos.

Hace días el dictador que usurpa Miraflores volvió a la carga. Volvió ceñido a su plan. Las cámaras lo enfocaron, mientras él juraba ser la estrella de la película. Iniciaba otra triste alocución. Otra sufrida parodia. En ella mandaba un mensaje al país, el cual llevaba título de imposición y control. Anuncia que ha decidido iniciar un censo para vehículos y, no conforme con esto, un registro al carnet de la patria para poder comprar gasolina. Así pretendió decir a todos los venezolanos que para poder recibir el combustible debían registrar su vehículo y estampar su nombre en el dichoso carnet; ese que se disfraza de dadiva. Ese que ha perseguido las conciencias de una ciudadanía con migajas efímeras.

El país ya entendió que para la dictadura controlar es su obsesión; que parece, incluso, que lo llevan en la sangre. El país entendió que ellos aman controlar. Así son las dictaduras. El país ha comprendido que no es un carnet quien va a doblegar la moral de una ciudadanía cansada de humillaciones. Es por eso que se rebela constantemente. No es un carnet el que va a resolver el problema de inflación y crisis económica. No es un carnet que va a generar confianza en inversionistas. El país responde con firmeza a aquellos que han acabado con todo lo que han tocado que ni carnet, ni censo, ni controles.

Ese país en furia, manda un mensaje diariamente en cada protesta. Envía un mandato en cada palabra expuesta por valientes que alzan su voz. Ante estas ofensas y pretensiones de la dictadura en controlar a una sociedad que quiere libertad y emprendimiento ¡Se rebela un país! Así se erigen los ciudadanos.

Esa es la furia de un país que no quiere depender de un carnet de timadores sino de su trabajo y creatividad. Pues ese carnet para un país en furia, es otra oportunidad de rebeldía.

@SoyVanegasG