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Era media noche y la ciudad dormía mientras unos pocos buscaban diversión en las calles. Estábamos en agosto del 2012 cuando un cielo azul oscuro se tornó a color naranja y la tranquilidad fue perturbada por un estruendoso sonido.

Toda una ciudad se ha despertado en medio de la incertidumbre sin saber que sucedió, en unas casas solo vibraban ventanas, pero otras sintieron la destrucción total. Teléfonos no han parado de sonar y una inmensa cantidad de mensajes de apoyo llegaban a un blackberry. Nadie se esperaba esa inmensa tragedia, nadie se esperaba este mensaje: ¡La refinería explotó!

Los operadores de planta estaban tan asustados como cualquier otra persona, aunque ellos sabían qué sucedía. El gas propano que salía toda esa tarde antes del incendio fue muy fuerte, no se podía negar. Los bomberos llegaron e hicieron su trabajo, aunque para muchos ya era tarde, ya estaban calcinados.

Algunos pensaron: «Él lo solucionará», se escuchaba hablar de la visita del Presidente de la República, pero él llegó y tan solo supo decir: «El show debe continuar». Una frase que marcó la vida de los que habitan en Paraguaná, palabras que hirieron, que no se olvidan. No sirvió, su visita no sirvió para reparar los daños o revivir los muertos, aunque todavía no se saben si fueron 60 o más de 150.

Fue noticia mundial, todos los medios internacionales hablaban sobre la fatídica explosión de la Refinería de Amuay (CRP) pero esto no fue cualquier explosión, lo que sucedió fue el cobro desmedido por parte de una industria que no había sido mantenida hacia un gobierno ineficaz, y que hoy es opresor.

Se cumplen 6 años de esta terrible tragedia, fue un hecho que destruyó familias, hogares, negocios, viajes, y pare de contar. Destruyó todo cuánto estuvo a su alcance. Hoy, tantos años después la Refinería está peor, sin seguridad, sin mantenimiento, sin repuestos, sin trabajadores, sin nada.

Hoy, tantos años después, toda la Península vive con el miedo y la inseguridad de saber que puede volver a vivir esta tragedia, pero más allá de eso, esta Península no olvida, y está segura que la justicia no perdona.

Los culpables pagaran por todo el daño y la tristeza que le ocasionaron a esta ciudad.

@cchaffardett