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(Maracay. 18/09/2018) Soy un viejito lindo y bello, de los que cobran pensión del Seguro Social, que por lo dicho anteriormente y por haber cotizado más de 1200 cotizaciones en más de 28 años de trabajo, podemos inferir que tengo el derecho de recibir mi pensión, bien ganada.

Vender el efectivo que recibimos, guardarlo bajo la cama, gastarlo en linimentos y menjurjes o comprar bayrum para el acicalamiento personal son decisiones soberanas de cada uno de nosotros. Es de nuestro libre albedrío la utilidad que le damos al dinero que recibimos y es nuestra responsabilidad las consecuencias de lo que hagamos con el mismo.

Ahora bien, el que hayamos elegido a un perjuro, golpista y encantador para que nos administrara la Hacienda Pública es nuestra culpa. El que nos haya mentido, engañado y utilizado para después quedarse enquistado en el poder, con argucias y toda la disponibilidad del erario público, es de la responsabilidad de él y toda la camarilla de delincuentes que lo sobreviven.

Que el régimen haya quebrado el país y que como una de las innumerables consecuencias sea el nefasto tratamiento, contrabando y desabastecimiento de la masa monetaria, no tenemos por qué asumir responsabilidad alguna, así como la aparición del bachaquerismo, fenómeno producto de las erráticas medidas que el régimen toma en una materia para lo cual no ha demostrado conocimiento, como en otras muchas, la economía.

Me imagino una bola de billetes gravitando por todo el ámbito nacional vía las fronteras, debido en gran parte a que gracias a las “políticas económicas” de los socialistas, el ambiente económico es el peor desastre que ha ocurrido en Venezuela en toda su historia. En los demás países, los viejitos lindos como yo cobran su pensión en dinero constante y sonante y gracias a la estabilidad económica que ofrece la gestión de personas con mérito en la materia y reglas de juego claras y precisas, además de la seguridad jurídica que ofrece el estado de derecho, ese dinero circula de la manera más normal de este mundo, sin necesidad de achacar culpas a nadie.

El efectivo que me llevo y no retorna a los bancos no es gracias a lo que haga con él, es gracias al desastre de un grupo de personajes que han desquiciado a un país para mantenerse en el poder.

Los viejitos lindos y bellos como nosotros podemos hacer uso no solo de los cajeros y las transferencias bancarias, sino que hasta hay viejitos como yo, que programamos en la web y hasta diseñamos páginas para la internet, pero debes comprender que, independientemente de lo dicho antes, por la ley de la oferta y la demanda, si un producto me lo ofrecen más barato por un medio de pago específico, lo usaré para aprovechar la oferta y ahorrar algo de dinero que me puede servir para comprar hasta una caja de fósforos en esta destartalada economía, si se le puede llamar así, ¿acaso no lo haría cualquiera con mentalidad de ahorrador?

Los viejitos en calidad de pensionados ya hemos hecho la labor de engrandecer este país con nuestro trabajo, estamos en la etapa de bajar la intensidad de nuestros quehaceres y enseñar a los más jóvenes, quienes tienen la obligación de hacer lo que hicimos en nuestra juventud, para que cuando lleguen a viejos, sean considerados como miembros útiles por su sabiduría y sus consejos.

Y para finalizar diré que algunos se refugian en la religión, otros en las esperanzas de un populista régimen que envenena a los jóvenes y desprecia a los viejos por ser menos manejables y otros continuamos aprendiendo, trabajando y luchando para que unos pusilánimes con gran carga de resentimiento y maldad, no sigan violando a nuestra más hermosa y querida madre, Venezuela.

El problema con el socialismo, es que es una utopía tan, pero tan desquiciada, que ni siquiera se puede implementar efectivamente, basta mirar las experiencias pasadas. Se dice que es la antesala al comunismo, engendro mental que irrespeta las más elementales normas naturales de la evolución y que pretende resolver todos los problemas de la interrelación entre los seres humanos.

Grandes mentes de “intelectuales” han dedicado parte de su vida tratando de vender esa ideología como la solución a todos los problemas y no quieren aterrizar y ver que “eso” que llaman socialismo no es más que la perfecta excusa para que un grupo de individuos puedan dominar a la población y así la élite que gobierna pueda vivir de la manera más escandalosamente posible como aristocráticos burgueses y acérrimos capitalistas.

Y no le pido perdón a ninguno de los dioses, porque estoy en plena paz con mi conciencia, la única a la que le rindo cuentas.

*A propósito de la publicación: “Dime viejito lindo y bello, ¿por qué carajo necesitas tanto efectivo?” https://www.aporrea.org/actualidad/a268847.html

Eligio Jeantón. O.