No importa la raza ni el credo, pero actualmente el abandono del lugar de origen es cada vez mayor. Ni en las peores guerras, ni siquiera el éxodo de los judíos en la época de la Alemania nazi ha tenido comparación con lo que se vive hoy día en Venezuela; «la diáspora en carne propia… cuando los hijos se van».
A partir del año 2000 comenzó la migración ciudadana, pero especialmente en el año 2011 con la instauración de la Revolución Bolivariana se acentuó esta situación. Actualmente más del 70% de los venezolanos han emigrado a países como Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Panamá, Argentina, República Dominicana, Brasil y Estados Unidos donde nuestros hermanos han sufrido de xenofobia en un grado mayor a la que se vive Europa.
Siendo Venezuela un país que le abrió las puertas a muchas personas del mundo que huían de la guerra, la hambruna y gobiernos dictatoriales, muchos de ellos han cerrado los caminos para los que buscamos libertad y un mejor vivir.
Quienes sentimos y padecemos en carne propia la partida de nuestros hijos, familias enteras y amigos, sufrimos los avatares y penurias por las que pasan y ese es mi caso, la salida de mi hija con su bebé de Caracas a Brasil y al verse acosada, aunque parezca mentira, intentaron prostituirla, decidió retomar camino hasta Bogotá, un viaje duro de 6 días.
Hoy damos gracias porque allí fue bien recibida y luego de bregar, trabajar ya adquirió su PEP (permiso especial de permanencia) solo falta reencontrarse con su hijo, al que fuimos a buscar hace casi un año porque sola no podía.
Cuando uno no quiere abandonar su origen pero el régimen te obliga…
@maryc_vente