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Si empezamos a unir cabos aquí y allá, comenzamos a darnos cuenta que se acerca el comienzo del fin de la tiranía pseudo comunista de Nicolás Maduro. El show que Maduro hizo en México no fue otra cosa que reunirse con sus aliados en el hemisferio para recibir instrucciones de su jefe, Raúl Castro, a través de su delfín Díaz Canel,

El eje del mal integrado también por las potencias que adversan a Estados Unidos: China, Rusia e Irán, en especial estas dos últimas, ya comenzaron a jugar el siguiente nivel de esta guerra de bajo perfil por establecer una “cabeza de playa” en esta parte del mundo, refiriéndome al ámbito geopolítico, a tratar de salvar al régimen venezolano.

A Maduro lo que le queda es lo que está haciendo: entregarle los recursos minerales a dichas potencias, como ya lo hace con Turquía y que seguramente también le serviría de puente para entregarle, sobre todo, oro y coltán a Irán. Está claro que Maduro se comunicó con Putin para recibir instrucciones de su comportamiento político en las próximas semanas. A esto se le suma que un contingente de barcos militares iraníes se dirigen hacia Venezuela para establecer una misión nada humanitaria, sino militar, ya que estos barcos están equipados con sistemas misilísticos capaces de disparar con suma facilidad blancos a más de 1000 kms de distancia, suficiente como para puedan llegar a territorio estadounidense fácilmente desde Venezuela.

La pregunta es: ¿a qué nivel nos quieren llevar los enemigos de Estados Unidos? Si bien los iraníes no poseen cabezas nucleares para equipar sus misiles en esos barcos, quienes sí los tienen y poseen el mismo sistema de armas son los rusos. Todo esto para tratar de recrear el mismo escenario histórico del año de 1962 con la llamada «Crisis de los Misiles», que le permitió a la tiranía cubana conservar el poder hasta la actualidad.

Pero hay un detalle: el mundo de hoy no es el mismo mundo de la Guerra Fría de 1962, ni Venezuela es Cuba. Hay mucho más en juego ya que Venezuela posee infinitos recursos que estas potencias enemigas de Estados Unidos no van a soltar así de simple. La pregunta aquí es si los Estados Unidos de Donald Trump, que tuvo el suficiente guáramo de parar a Corea del Norte y obligar a su líder a conversar con él y sancionar enérgicamente a Irán que sigue su carrera armamentista nuclear bajo la mesa, ¿estarán dispuestos a aceptar otro chantaje cubano como lo fue el de 1962? Yo pienso que no. ¡Amanecerá y veremos!