En la época decembrina muchos queremos desconectarnos de la convulsiva capital, de su día a día y separarnos de eso sólo por un instante.
Este año -como de costumbre- me vine al estado Táchira a pasar navidad y fin de año con mis abuelos, ellos acá sólo están con dos tíos.
Hace un par de años estas fechas eran sinónimo de encuentro familiar, de risas y juegos, días de felicidad. Nos veníamos todos a pasarla con los viejos.
Este 2018 fue amargamente diferente, muchos de mis primos están fuera del país, otros no pudieron venir, pues el alto costo del pasaje y las pocas unidades de transporte operativas impidieron su puedan movilización.
Llegué el 19 de diciembre, en el autobús que venía muchos sueños en Venezuela se acaban en ese instante; Colombia, Ecuador, Perú y Chile eran algunos de los destinos de quienes a San Antonio del Táchira se dirigían, sólo cinco pasajeros nos quedamos en Venezuela.
No era fácil, entre risas y llantos relataban entre ellos la razón de partir en estos días de celebración y unión familiar.
Estar tan cerca de la frontera no es fácil, todos los días desde el terminal muchos emigrantes buscan una mejor calidad de vida fuera de las fronteras.
Entre tanta tragedia y tristeza uno se encuentra cosas y gente buena, personas que creen en que si lograremos cambiar está realidad , en aquellos que siguen aquí trabajando por la libertad.
En Táchira eso está intacto, la ciudad cordial se mantiene llena de esperanzas y aquí estas fechas son de suma importancia porque se siente la espiritualidad en cada pueblo y en cada uno de sus habitantes.
Estos días de descanso me conectaron con la humildad, el calor del andino, ese ambiente familiar que generan y la tranquilidad que transmiten.
Aunque nuestras familias no están del todo unidas, veamos a quiénes están a nuestro lado y afiancemos lazos para así recibir un año recargado y con muchas ganas de continuar.
Un año en el que hay que continuar y no decaer para así poder avanzar.
Que estas fiestas el espíritu prevalezca y que la tragedia que el socialismo nos ha llevado a vivir quede siendo un gris recuerdo.