(Caracas. 13/03/2019) Una de las principales características de la coordinación para la distribución igualitaria de la pobreza (Socialismo), es que en la misma aplica la economía de puerto como principal medio para compensar -de manera mínima- las necesidades de los beneficiarios, procediendo paralelamente a menoscabar y atacar de forma vil a la producción interna.
Venezuela tiene más de (20) veinte años sufriendo de una maligna dictadura de izquierda y durante éste período muchos han sido los descontroles y desmanes que se han aplicado sistemáticamente a la administración pública en materia de finanzas: Tipo de Cambio Flotante, CADIVI (tipo de cambio fijo), CADIVI (dipro-sitme), CENCOEX (dipro-sicad I y II), CENCOEX (Dipro-Sicad-Simadi), DIPRO – DICOM (Tipo de Cambio Flotante), DICOM (Tipo de Cambio Flotante) … Como pésimos y carentes de todo control fiscal han sido catalogados los diversos entes, métodos y sistemas de financiación, que a través de las más desacertadas políticas económicas, se utilizaron y se utilizan para disfrazar a la corrupción de bienestar, haciendo creer que efectivamente se estarían ejecutando la entrada al país de materias primas y productos de primera necesidad para solventar el requerimiento de los venezolanos, cuando la realidad es precisamente la contraria.
Estos métodos destructivos de la economía, afectaron de tal manera a la producción nacional, que crearon niveles de desabastecimiento jamás experimentados por los venezolanos, desmejorando críticamente nuestra calidad de vida, siendo que, la dictadura lejos de estimular la inversión extranjera en el país, prefirió realizar importaciones de alimentos (muchos de ellos de dudosa procedencia y fabricación) aplicando medidas populistas que lejos de solucionar el problema lo acrecentaron al punto tal de generar masivos éxodos de nacionales, obteniendo a su vez la atención de los países receptores del referido éxodo y del resto del mundo, quienes vista la complejísima situación Venezolana ofrecieron ayudar humanitariamente.
Dicha ayuda humanitaria fue negada de pleno por el régimen, por lo que la entrega de esos productos mínimos para procurar la estabilidad de los pacientes más críticos se encuentra todavía en la tentativa de entrada al país, situación que permite a los venezolanos verificar una vez más que nos encontramos haciendo frente a una dictadura criminal, una que ya no solamente se conforma con el despilfarro de los recursos de todos los venezolanos, sino que aunado a ello, se encuentra en la continuación de un delito de lesa humanidad en la modalidad de exterminio (Estatuto de Roma, artículo 7, literal E, numeral 2), cuestión por la que necesariamente se debe responder y los venezolanos debemos ser garantes de que eso ocurra.
Pese a lo anterior, no podemos dejar de ver el lado positivo de las cosas, pues es lo que indica la sensatez adicionada a ese sentido mínimo de progreso innato en cada uno de nosotros. Para que las cosas mejoren es necesario un viraje y este viraje sólo puede estar representado a través de un cambio y este verdadero cambio sólo puede estar regido por el antónimo o el némesis de estos (20) veinte años de distribución igualitaria de la miseria… Ese cambio solo puede definirse como LIBERALISMO.
Con valentía …
José Eduardo Marín