(Nueva Esparta. 08/05/2019) Nací en 1998, un año antes que Hugo Chávez lamentablemente asumiera por primera vez la presidencia de Venezuela, crecí, sin saber que viviría tantos años en socialismo y en un Estado criminal gobernado por tiranos.
Desde los nueve años soñaba con estudiar en la Universidad Central de Venezuela, con ser Presidente de la República y muchas cosas más. Con el pasar del tiempo mis sueños aumentaban, pero la realidad me decía que sería cada vez más difícil cumplirlos. En quinto año de bachillerato presenté la prueba de admisión y quedé seleccionada para estudiar economía, ya no me llamaba tanto la atención ser Presidente, pero si formarme en esa casa de estudio.
Como le ha pasado a muchos jóvenes en Venezuela, tuve que dejar de estudiar por problemas económicos, aunque otros lo hicieron porque murieron por falta de medicinas o desnutrición, y es allí donde pregunto: ¿Cómo podemos soñar sin libertad?
La libertad no es sólo la «facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad», va más allá de ese pequeño concepto. En teoría existen al menos once tipos de libertad, de los cuales me tomo el atrevimiento de decir que el régimen nos cercena la mayoría de ellas.
En Venezuela se ataca desde la libertad de opinión, de expresión, de manifestación y elección, entonces ¿cómo podemos crecer, formarnos y vivir tranquilos en un país con estas condiciones? La libertad es uno de los aspectos más importantes de la vida de cualquier persona, por eso en un estado democrático, la intención es maximizar la libertad de todos los habitantes a la vez que se garantiza el bienestar de cualquier individuo.
La lucha por la libertad todavía no ha sido ganada, y requiere de un gran esfuerzo por parte de todos. Nuestros niños y todos los venezolanos podremos cumplir nuestros sueños, de eso estoy convencida.
Daniela Reyes