El fanatismo es una actitud caracterizada por una adhesión intolerante a unos ideales (políticos, étnicos o religiosos) que pueden llevar en algunos casos a conductas destructivas. Por lo general en las personas fanáticas hay una amalgama de componentes afectivos (la exaltación emocional), cognitivos (el valor absoluto de las creencias) y comportamentales (las conductas impositivas contra quienes piensan distinto). En tal sentido, es el predominio de la convicción emocional sobre la coherencia racional, por lo que las ideas son discutibles, así como las creencias llevan a la ofuscación de la conciencia, es decir, los fanáticos creen estar en posesión de la verdad, por lo que cargan su pensamiento de odio para compensar su falta de racionalidad.
En este orden de ideas, basados en la historia contemporánea de Venezuela, donde el enfoque político generado fue dirigido hacia la creación del fanatismo, en vista de que líderes políticos con el propósito de conseguir más seguidores, creaban falsas expectativas a través de regalías, donaciones, privilegios y acreditaciones a los ciudadanos sin costo o esfuerzo alguno, lo que desarrollo un pensamiento en las personas que pone de manifiesto la idolatría hacia una figura errónea de ayuda, salvación, corrección y una falsa bondad por regalar cosas.
De tal manera, este pensamiento erróneo se consolidó con la llegada del socialismo, pues el trabajo, el estudio, la preparación y los valores pasaron a un segundo plano, causando un bajo nivel de interés de los ciudadanos por la nación, que como consecuencia, otorgó un poder absoluto a un lobo vestido de cordero, que en principio para ganar popularidad realizó las mismas tácticas, regalos, donaciones, dinero gratis entre otras cosas. Por tal motivo, logró engañar, manipular y utilizar a la población. Así pues, paralelamente donando petróleo, minerales, tecnología y alimentos a cuba, permitiendo una invasión cubana, china, rusa y africana. Es decir, secuestró a Venezuela e impuso un régimen comunista, criminal, que actualmente es un peligro para toda América latina.
En tal sentido, este tipo de políticas crearon ciudadanos donde su capacidad de razonamiento es escasa, por eso son presa fácil de caudillos y politiqueros.
Defienden tesis falsas, son iracundos e irascibles, sus capacidades de reacción son violentas e irracionales, así mismo, el fanático cree saberlo todo, se siente portador del poder divino para resolver problemas, en los caos de fanáticos socialistas se creen con derecho a sancionar o castigar. En otras palabras, crearon seguidores que no utilizan la conciencia, el análisis, ni la lógica para ejecutar acciones en pro del bien común para el desarrollo de una sociedad libre y justa.
De tal manera, es necesario que los ciudadano se enfoquen en una corriente de pensamiento, una ideología política o una teoría específica sobre la economía o la sociedad, que les permita escoger lideres por sus pensamientos enfocados en el desarrollo del país y no por apasionamiento, donde lo más importante sea el compromiso, la moral, la responsabilidad y el cumplimiento a las funciones de acuerdo a las leyes, las mismas que nos lleven a la libertad, donde pueda construirse una sociedad viable, que además resulte más justa y productiva que las que se basen en la primacía de lo colectivo o en cualquier clase de tiranía comunista, una sociedad donde el socialismo no exista, porque nunca ha funcionado y nunca funcionará. En este sentido, ¡Venezuela será Libre y Prospera! ¡La Ruta es el Coraje! ¡No Hay Vuelta Atrás!