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A primera vista, Vargas tendría que ser un estado rico, si bien por sus ingresos por el aeropuerto y el puerto, o simplemente por su diversidad en playas y ríos, por la grandeza del Ávila que nos arropa. Pero la verdad es que no. Vargas resulta ser un estado que gracias a un régimen centralizado que pretende tener el poder de todos y todas, dispone de más, por una cuestión política de conservar el poder y quitar la autonomía a los estados, trayendo como consecuencia, impedirles la posibilidad a los gobernadores y alcaldes que quieran generar mejoras al estado.

La verdadera cara de la situación en Vargas es que quienes ocupan el poder estatal y municipal trabajan en colaboración con el gobierno nacional para impedir el crecimiento de este estado, así como también sucede en gran parte del país, aunque esto ya no es un secreto para nadie. Pero, ¿por qué es perjudicial para las personas? pues el poder municipal o estatal es la primera fuente de contacto con el ciudadano, es donde el ciudadano tiene posibilidad de crear cambios en su entorno y en su localidad. Esto el gobierno local lo ha entendido bien y más cuando aquél gobierno pretende perpetuarse en el poder como lo ha hecho. Es obvio que su trabajo sigue en sintonía con la del gobierno nacional y su plan de aislar a sus ciudadanos de la política.

El trabajo de este gobierno local, como el de muchos en el país, ha sido mantener alejado al ciudadano de este primer contacto con el poder, y que grave resulta esto para la ciudadanía, pues si pretendes generar cambios, lo ideal sería estar en sincronía con las demandas de los ciudadanos y cumplirlas a medida de lo posible, pero eso no ocurre.

Tenemos a un régimen que aísla más y más a los ciudadanos de este primer contacto de poder, donde no muestra cifras ni transparencia alguna de los recursos que maneja, cuando es dinero de los mismos ciudadanos y que en los casos del ejercicio de políticas públicas, no lo somete a consultas o participación de la ciudadanía, demostrando que tenemos a un régimen que se desentendió de los problemas tan adrede y que solo construye elevados o decora paradas porque no les interesa siquiera que esto genere alguna molestia entre los ciudadanos, pues han llevado esto tan bien que se pretende cambiar el nombre del estado. Resulta que hemos sido tan aislados que no le tomaríamos tanta importancia.

Cambiar el nombre del estado, decorar paradas o hacer un evento festivo solo para decirse que se está haciendo algo con el único propósito de mantenernos distraídos, es algo que parece funcionar. Pero no podemos olvidar el rumbo y tenemos que volver a recobrar el camino, camino que si bien nunca estuvo claro, la nueva realidad política te lleva a ella y es con el apoyo de la participación de los ciudadanos en la política. Es esa la política más cercana, siendo la estatal o municipal, donde podemos ejercer cambios inmediatos en nuestro entorno, donde quien administra no trabaja con su dinero, sino con el nuestro y por ende debemos ser controladores de lo que se gasta y como se gasta. Somos nosotros y nuestras realidades quienes deberían proponer la aplicación y realización de políticas públicas en nuestro municipio o estado.

Creo que todos estamos de acuerdo con que Vargas sería un estado turístico potencia donde nuestras hermosas playas, acompañadas de la actitud cálida del varguense, con tambores, fiestas que como ningún otro estado lo tiene, esto sumado a su capital humano con ayuda de la formación de las universidades tales como  la Marítima y la Simón Bolívar, hace de Vargas lo que es y lo que podría llegar a ser. Pero para construir ese estado que soñamos debemos participar en esas decisiones importantes que nos toca como ciudadanos. No es solo votar, también es involucrarse en esas tomas de decisiones y dejar de estar aislados de nuestra condición de ciudadanos, demostrando ser varguenses que aman su estado.

@djportillog