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Durante muchísimo tiempo, la dictadura socialista de Venezuela ha mantenido el poder hegemónico sobre los ciudadanos, han pasado 20 años donde el chavismo una que otra vez se ha afianzado mediante el terror y el apoyo de naciones cómplices del genocidio venezolano. Estas naciones han favorecido al régimen, pues el liderazgo que tuvo Hugo Chaves y la centralización por parte del Estado de todos los recursos del subsuelo venezolano, le han dado la oportunidad de sobornar y comprar favores a sus aliados.

Pero, luego de la juramentación de Juan Guaidó, quien asumió la obligación de ser el nuevo Presidente de Venezuela, la comunidad internacional ha presionado de tal manera al régimen que se le han notado sus costuras. Hoy más que nunca la supervivencia del chavismo pende de un hilo, puesto que, Maduro no es quien manda realmente en Venezuela, no cuenta con los recursos que tuvo Chávez (grandísimo culpable de la debacle venezolana) y muchísimo menos cuenta con el apoyo interno de los ciudadanos.

Pero, a pesar de todo esto debemos formularnos una pregunta: ¿Qué tan cerca estamos?

A pesar de todos los avances realizados por la comunidad internacional, el régimen también ha jugado sus cartas, Rusia se ha mantenido firme en su apoyo a Nicolás Maduro y no tiene intenciones de ceder, China sigue arrojando salvavidas a la dictadura e Irán le proporciona el apoyo de Hezbollá al régimen.

Ahora, esto no significa que los venezolanos no tenemos en frente una gran oportunidad, pues tenemos realmente la oportunidad que nunca habíamos tenido, y no es momento de flaquear o caer en las tentaciones de atender cualquier llamado de la dictadura para brindarle oxígeno, Venezuela necesita que el liderazgo político comprenda que el Chavismo no está dispuesto a ceder por ninguna vía democrática. Ellos mismos se han encargado de burlarse de cada una de esas propuestas, hasta el punto de agotar cualquier vía electoral.

Derrumbemos los mitos de una cooperación militar y la aplicación del art. 187.11

En el año 1940, cuando la expedición nazi por todo el territorio europeo estaba dando victorias a Hitler, el Reino Unido se encontraba en una situación bastante vulnerable, pues Winston Churchill (Primer Ministro de Gran Bretaña)  tenía dos opciones, o se sentaba a negociar con los Nazis, esperando que cumplieran con algún acuerdo, que protegiera la paz y la independencia de Gran Bretaña, siendo el garante de ésta negociación ni más ni menos que Mussolini, o luchaba contra Hitler  mientras convencía a los Estados Unidos de que ellos serían el próximo objetivo de los Nazis.

Churchill decidió luchar hasta vencer y como se lo advirtió a los Estados Unidos, la guerra llegó a sus puertas. Todos conocemos la historia y el triunfo posterior que obtendrían los aliados sobre Alemania, una frase que describe las horas más oscuras de 1940 y al parecer tienen total vigencia en la crisis venezolana la pronunciaría Churchill dirigiéndose a su gabinete de guerra (quienes estaban dispuestos a traicionar a Churchill e irse a negociar con los Nazis) exclamaría Winston; “No podemos negociar con un tigre que tiene tu cabeza en su hocico”.

Esta reflexión, es el crudo ejemplo de nuestra realidad, no podemos esperar que el régimen acepte o respete algún acuerdo que se establezca en esta repetitiva novela de negociaciones, mientras Venezuela supera la tasa de mortalidad de cualquier país que hoy se encuentre en guerra. Tampoco podemos escudarnos en el sofisma de pensar que no podemos aplicar el artículo 187.11 si no nos aseguramos de tener el apoyo de una cooperación internacional militar, es totalmente falso que es una muestra de inexperiencia o debilidad, al contrario, muestra la disposición del liderazgo político a implementar el uso de la fuerza como una amenaza real y tangible a la Dictadura.

Esto no significa que todas las negociaciones deben ser rechazadas, pues Alemania pactó los términos de su rendición, eso es lo único aceptable hoy para los venezolanos.

Es el mismo Presidente de la República, quien junto al parlamente deben ajustar estrategias y utilizar mecanismos de convencimiento para alinear una fuerza libertaria en pro de la libertad de nuestro país. El descontento en los cuarteles es real y ya no es un secreto que la dictadura pueda ocultar.

A pesar de que el aparato represivo (con excepciones) se ha mostrado “leal” al Chavismo, muchos lo hacen por miedo o amenazas. Hoy lo único que sostiene en el poder a Nicolás Maduro son las mafias Rusas, Chinas e Iraníes, pero ningunos están dispuestos a arriesgar sus ejércitos, más allá de algunos funcionarios de capacitación militar para respaldar al Chavismo, logísticamente es casi imposible, considerando los potenciales aliados que obtengamos.

Esto nos lleva a la conclusión de que nuestros militares a pesar del temor, cuando exista una amenaza real que signifique el quiebre de la dictadura, no van a defender al régimen y que sus aliados seguirán presionando a nivel internacional y con bastante éxito como hasta ahora, para darle tiempo a Maduro, lo que nos deja como única alternativa, solicitar el uso de la fuerza para de esa manera pactar los términos de la salida de Maduro y sus mafias o representar una amenaza tan abrumadora que resquebrajará al Chavismo desde sus cimientos. Lucharemos hasta vencer.

 

Jhorman Terán,

Secretario Político Nacional de Vente Joven.