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Hace unos días leí un pequeño escrito que realizó una gran amiga que empezaba diciendo «nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde», palabras que no llamaron mi atención, a diferencia del resto del texto. Ella hablaba sobre todo lo que los venezolanos hemos perdido, mencionó la posibilidad de estudiar una carrera profesional sin importar la situación económica.

Pasé parte de la noche pensando: ¿qué tanto hemos perdido?, y la verdad es que es más fácil preguntarse ¿qué no hemos perdido?, porque a pesar que muchos se vieron obligados a emigrar, que otros lamentablemente y con todo el dolor del mundo han muerto por falta de insumos médicos o medicinas, que las oportunidades académicas y profesionales son casi nulas y podría seguir nombrando más cosas, todavía hay cosas buenas.

En el texto del que me inspiré hay una frase que me paralizó y la cito: «nos quitaron la suerte de ser venezolanos, nos la robaron (parece que) impunemente, ante nuestros ojos, por sobre nuestra rabia e impotencia, nos robaron nuestra tierra», y sí es verdad.  Más allá de nuestra tierra, nos robaron nuestra cultura, nuestras costumbres, ¿por qué debemos adaptarnos a otros países cuando el nuestro es rico?, ¿por qué deben morir tantos venezolanos?, ¿por qué debemos soportar vivir tan lejos de familiares y amigos? Y la que más nos preguntamos: ¿hasta cuándo viviremos así?

Sufren los que están afuera, sufrimos los que seguimos aquí, no es fácil para nadie, pero hay algo que todavía nos une y es que somos venezolanos, porque el sentimiento de querer nuestro país libre, de reencontrarnos, de reconstruir nuestra nación y no permitir que más nunca nadie vuelva a meterse con lo que es nuestro, va más allá de la situación actual que vivimos.

¡Venezuela y los venezolanos seremos libres, de eso no tengo duda!