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Algunos dirán que ser de un barrio no tiene manera romántica de contarse, porque se sumergen en lo más profundo de la crisis.

Iniciare con la definición de lo que es un Barrio  <<Parte de una población de extensión relativamente grande, que contiene un agrupamiento social espontáneo y que tiene un carácter peculiar, físico, social, económico o étnico por el que se identifica >>.

En estos tiempo el barrio, para mí, tiene un sentido de prosperidad el cual hay que hurgar para encontrar, pues allí en sus enormes caseríos encuentras gente buena honesta y que quiere mejorar sus condiciones de vida, y eso no precisamente es irse del barrio, y para ello muchos hoy continúan estudiando, creyendo en lo que hacen y mejorando diariamente par que el sentido del barrio sea totalmente distinto al que hoy tenemos.

Cuando hablas de una barriada suelen imaginar ranchos, malandros, gente mala, deshonesta y que no hace nada para mejorar, y eso no es así -quizás sea lo primero que se viene a la mente porque a simple vista eso es lo que puedes ver-, pero si entras  a lo más profundo de él, si lo caminas y conversas con quienes allí habitan cambiara esta percepción.

El socialismo penetró e hizo que eso sucediera, no dijo más allá de que los de los barrios son pobres y no piensan en algo mejor sino en solo lo que tienen y conocen, y por ello siempre quiso ser ese papá Estado que buscó que no surgieran. Chávez siempre usó el sentimentalismo, el amor falso por los que viven allí y el populismo para dominar a quienes han estado sumergidos en la pobreza, que durante todos estos años se pudo superar, pero el objetivo no era ayudarlos y educarlos a ser mejor sino a destruir todo el aparato productivo de un país y que hoy las barriadas populares sean las más afectadas por la crisis que vivimos.

En el cerro como muchos lo llaman, allí hoy hay una oportunidad real de cambiar, de mejorar y de no depender de nadie, donde el ciudadano salga y obtenga con su esfuerzo propio lo que desea, lo que quiere y cuando quiere, ciudadano que solo desean tener un trabajo digno con ingresos que le permitan cubrir sus gastos y poder ahorrar. Allí hay personas que apuestan a un cambio real y están dispuestos a luchar por tener lo que desean para ellos, sus vecinos su sector para su barrio.

Los sectores populares están llenos de gente buena y grandes profesionales, con una calidad humana muy gratificante, que luchan por salir adelante. Sí, es verdad que hay problemas, pero ellos mantienen la esperanza de progresar.
Hablaré un poco de mi experiencia este fin de semana, conocí el barrio El Cardón, ubicado en Carapita, parroquia Antimano el cual tiene entrada por el km 7 de la parroquia El Junquito, al entrar ni te imaginas la magnitud de lo grande y amplio que es, es uno de esos que, quizás para algunos sea símbolo de pobreza por sus casas de bloques y sus calles poco cuidadas, pero al llegar al corazón de estos barrios, penetrarlos y conocerlos te cambia totalmente esa posición, gente honesta trabajadora y con ganas de echar pa’ adelante.

Al conversar con quienes aquí habitan solo corrobora y confirma que lo que haces para cambiar esta realidad es lo correcto, estar entre la gente con la gente escuchándola y recordándoles que no están solos.

Cada día me siento más enamorada de conocer su gente, sus calles no importarán si hay que subir 500 escalones o si hay que pasar por ramplas de barro, seguiré creyendo en su gente, en su gentilicio, en su calor. Nosotros venimos de barrio y si hay algo que cambiar, es el concepto que tienen de ellos. No todo lo que hay en un barrio es malo, quizás haya que cambiar y mejorar su estética, pero en su profundidad podrás encontrar gente maravillosa.