Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

(Maturín. 16/07/2019) Una épica e inédita batalla contra un narco-Estado libran los venezolanos desde que el socialismo se instauró en Venezuela; asentamiento que solo generó injusticias, corrupción, pobreza, muerte y exilio.

Desde 2014, con el movimiento «La Salida», los ciudadanos hemos venido escuchando sobre el artículo 350 de la Constitución nacional; hace 5 años atrás, parecía solo una locura, aunque ya en desespero, el país (no así el ya creciente liderazgo liberal) no asumía que se enfrentaba ante una organización criminal, y como tal debía denunciarse ante el mundo. Cada vez se hacían más evidentes los vínculos del régimen con elementos guerrilleros de la FARC y ELN, también con grupos extremistas islámicos como Hamás y Hezbollah, y su fuente de financiamiento, el narcotráfico, comandado por el generalato chavista.

Durante 2017, se vivió en Venezuela la mayor rebelión civil de su historia contemporánea. La ciudadanía volcada a las calles exigiendo una sola cosa: Fuera Maduro; ya entendía las características criminales del régimen, que sin contemplación asesinaba a jóvenes y a todo aquel que se atrevió a rebelarse contra el tirano y sus mafias.

Tres largos años fueron suficientes para que el venezolano entendiera el espíritu del 350 consagrado en la Constitución, era real y tangible, costó vidas inocentes que no pudieron conocer la libertad. Más de 100 días de rebeldía y resistencia en las calles permitieron a los ciudadanos avanzar hacia el mayor acto de desobediencia civil registrado en los anales de la historia republicana de este país, el plebiscito del 16 de julio.

Tres preguntas resumían la exigencia del venezolano, tres «Sí» en cada papeleta representaban la fuerza y la moral para derrotar la tiranía; se desconoció a la fraudulenta constituyente cubana, se emplazó a la Fuerza Armada Nacional (FAN) defender la constitución y la ciudadanía, y la Asamblea Nacional (AN) se comprometía a la renovación de las instituciones (hoy pendiente el nombramiento de los 5 rectores del CNE y posterior transformación de la institución), así como la conformación de un gobierno de transición y unidad nacional. Sin embargo, la clase política complaciente al régimen traicionó la voluntad soberana del pueblo venezolano expresada en las urnas.

El 16 de julio representa para el liderazgo liberal el compromiso moral con los venezolanos; quienes desde antes ya sabían cuál era la naturaleza del régimen y por supuesto, la forma y la ruta para salir de ellos. Sin miedo lo caracterizó como una dictadura, que se transformó en una organización criminal; con valentía asumió que la única salida posible al Estado criminal es la fuerza y planteó una hoja de ruta: 1. Deslegitimación total de la tiranía, lograda el 16 de julio de 2017, con la rebeldía ciudadana y consolidada 14 días después, cuando el mundo democrático desconoció la espuria constituyente cubana; 2. Quiebre total de la tiranía, hoy denominada «Cese la usurpación», sin esto no podemos avanzar al siguiente paso; 3. Gobierno de transición, mandato directo de la ciudadanía en el histórico plebiscito; y 4. Elecciones libres, sin criminales optando a seguir en el poder, será el fin del socialismo y la dominación.

Sin duda, ha sido una batalla ética en la que la verdadera oposición, las de tendencias liberales siempre ha estado bien parada. Sí, hay una división radical, que separa a la Venezuela decente de los criminales y sus cómplices. El afianzamiento de los valores liberales en la ciudadanía venezolana está en constante ascenso, han llegado a niveles inquebrantables, que evitaron la participación en diálogos que solo han dado vida al régimen y muerte a Venezuela.

Hoy 2 años después del 16 de julio de 2017, puedo decir que no hay nada que negociar con la tiranía, más que la hora y fecha en la que o enfrentan la justicia o de inmolan ante ella. Puede tener Venezuela la confianza, que lo que resultó de la valentía de los  ciudadanos: Alianza Soy Venezuela y Fracción 16 de julio, son la garantía de moral y dignidad en el proceso que está enfrentando Venezuela, el camino al quiebre de la tiranía, la libertad definitiva.

@diliojose