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Ya han transcurrido casi 7 meses desde que se inició este proceso encabezado por el “fenómeno” Juan Guaidó. En este tiempo se han conseguido cosas que el año pasado parecían inalcanzables. Son innegables los logros alcanzados, como innegable es que gracias a la “Ruta” ofrecida a los venezolanos, el apoyo de la población y de la comunidad internacional ha sido mayoritario.

La “Ruta“ ofrecida consta de tres pasos o etapas:

1.- Fin de la Usurpación: representa el inicio de todo. A partir del 10 de enero de 2019 no tenemos Presidente electo que sustituya a Maduro en el poder, creándose un vacío que debió ser cubierto por la Asamblea Nacional. Nicolás Maduro decide continuar su mandato sin tener facultades legales para ello, asumiendo “de facto” y rompiendo el “hilo constitucional”, lo que generó el rechazo inmediato de la OEA y más de 50 países que lo desconocieron y respaldaron a la Asamblea Nacional y a su presidente Juan Guaidó.

Por eso debe sacarse al “Usurpador” y a sus cómplices, porque no están calificados legalmente para seguir gobernando, además que deben enfrentar cargos por corrupción y violación de derechos humanos. El “fin de la Usurpación” significa Maduro y sus cómplices presos o exilados.

2.- Gobierno de Transición: a partir del 10 de enero de 2019 debió establecerse en Venezuela un gobierno de transición encabezado por el Presidente de la Asamblea Nacional. Un gobierno que tenía (y tiene) la responsabilidad de asumir el poder, restablecer el hilo constitucional y organizar unas elecciones limpias y transparentes donde los venezolanos podamos elegir un nuevo Presidente de la República. Eso es lo que dicta la Constitución, aunque la situación venezolana es mucho más compleja que eso.

El gobierno de transición debe, antes de convocar a nuevas elecciones, garantizar las condiciones que permitan un cambio democrático en paz. Por ejemplo, debe tomar decisiones sobre la supuesta presencia de miles de cubanos en Venezuela, así como de la supuesta presencia de las FARC, ELN y Hezbolá. Igualmente debe desarmar a la población, especialmente a las bandas de delincuentes que actúan con total impunidad.

También debe recuperar el armamento que supuestamente les fue entregado a los colectivos que apoyan el régimen madurista. Debe realizar la limpieza y reorganización de las FAN,  devolviéndolas al cumplimiento del rol establecido por la Constitución nacional. Como si todo lo anterior fuera poco, otra de las acciones del período de transición es el nombramiento de un nuevo CNE y la limpieza del Registro Electoral, para garantizar la realización de elecciones limpias y transparentes.

3.- Elecciones Limpias y Transparentes: son el tercer paso de una accidentada ruta, donde los venezolanos podremos elegir un nuevo Presidente, que cuente con el respaldo y el apoyo del pueblo y de la comunidad internacional, que tendrá la difícil (pero no imposible) tarea de iniciar la reconstrucción del país. Esas elecciones deben ser limpias, con total control y vigilancia de la sociedad civil, donde los votos se cuenten uno a uno y donde se garantice un elector, un voto.

Como podemos apreciar, la “Ruta” no es sencilla, pero es necesaria. Resulta imposible saltarse alguno de los pasos o tomar atajos inconvenientes. El régimen, por supuesto, exigirá la salida menos traumática para él y ésa es la “línea” que llevan sus representantes a esas conversaciones auspiciadas por el gobierno de Noruega, aunque a mi entender, en esa mesa sólo se puede acordar una sola cosa: cómo y cuándo será la salida del régimen.

Hay algunos voceros que dicen formar parte de la Venezuela decente, que están planteando ir a elecciones directamente sin alcanzar los pasos 1 y 2. Según ellos, la amenaza de una confrontación (hipótesis falsa) con sus consecuencias en pérdidas de vidas inocentes debe evitarse a toda costa, planteando incluso ir a elecciones con Maduro en Miraflores. ¿En serio? ¿Qué les pasa? ¿Quieren convocarnos a unas elecciones sin “fin de la Usurpación” ni “Gobierno de Transición”? A ellos les digo: ¡Gracias!, pero ¡No Gracias! Yo en ese chantaje no caigo, ni asisto a esa convocatoria. Como venezolano exijo no desviarse de la “Ruta”. Es lo único que nos ha mantenido unidos y nos ha dado fortaleza a lo largo de estos siete meses.

Genaro A. Méndez Contreras