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La caída libre del bolívar hace que los ciudadano de a pie busquen maneras de resolver sus pagos en efectivo. En el estado Táchira desde hace mucho tiempo el peso colombiano ha sido moneda de curso frecuente entre los ciudadanos. Desde hace muchos años, allí se manejan las dos monedas de manera habitual. Pero el estado Barinas y hasta en el estado Cojedes no tengan problema en transar bienes con ella es algo que me llamo mucha la atención.

Durante los últimos meses he tenido que moverme por estados llaneros y por ello es que he podido ver lo frecuente que es el uso de la moneda colombiana en el territorio nacional. Mientras en Caracas y las ciudades aledañas el manejo en dólares es al que se ha hecho más frecuente (no sé cómo sea la realidad del estado Bolívar al que tengo varios años sin visitar), pero lo cierto es que en Venezuela cada vez la moneda oficial pierde más terreno, dando paso a las divisas foráneas.

En un artículo no muy lejano que intitule “Naturalidad liberal” escribía de la capacidad del individuo de transar bienes y servicios de la manera que le pareciera, es evidente la necesidad de buscarle una salida al dilema de la inflación en bolívares, para que  el ciudadano común deje de sufrir este a debacle económico que hacen más insufrible la vida en nuestro país.

Hacer presión ciudadana sería lo ideal, pero para ello hay que crear la conciencia, algo complicado en una sociedad que vive el día a día tratando de subsistir en una locura política que nos destruya cada vez más. La solución que proponen los socialistas que buscan ser los sucesores de los actuales en el poder, es llamar a una elección que ya desde un principio la inmensa mayoría sabe que no será nada transparente con un CNE siin cambios y un patrón electoral con miles de muertos que aún votan. Sin duda la presión para los cambios más básicos, como lo mínimo con respecto a la estabilización económica, a juro pasan por un real cambio político en las estructuras del país, de otra manera seguiremos en lo mismo de lo que ha sido el socialismo en Venezuela desde 1958.

Por ello es mejor no dejarse meter gato por liebre y no caer en la tentación de unas elecciones, si ni siquiera haber salido de la usurpación en el poder ejecutivo, todo porque los partidos socialistas que rondan el poder, muchos de ellos diciendo ser oposición, sólo quieren un cambio de cara pero no de forma, lo que Luchino Visconti mostró con su muy celebrada película, Il Gattopardo.

 

Francisco Marcano

Coordinador de Formación de Vente Los Salias

@jfmarcano

Otros artículos del autor:

jfmarcano.blogspot.com