En Venezuela hay muchos aspectos que se han visto afectados de manera exponencial, en efecto, la sociedad venezolana durante más de 60 años ha tenido que combatir contra la mala política y los vicios de una generación que logro trazar un horizonte de manera errada y eso queda claro, sin embargo quiero resaltar la lucha que ha sido impulsada por la juventud, parte de la sociedad a veces marginada y otras tantas la cara de la esperanza a un mejor porvenir.
Los jóvenes hemos sido claramente golpeados por la política venezolana, por su dinámica y sobre todo por la mala aplicación de las estrategias que han llevado este país a las ruinas, no solo el chavismo, sino la peste socialista que ha tenido un arraigo en la región y por supuesto ha generado la grave destrucción del pilar más importante de la sociedad, que sin duda alguna es la familia.
La juventud venezolana ha atravesado por diversas etapas, desde la generación del 28 hasta una de las más recientes, en 2007, con el movimiento estudiantil que le dio al país la nueva cara en la dirigencia nacional y posiblemente esos jóvenes que lo dieron todo en 2017 y que posteriormente pueden ser la generación de cambios que permitan que este país sea diferente.
Y es esa generación de cambios, los que aun no se han ido a otro país, quienes ahora deben asumir un nuevo reto. Como joven que ha luchado de manera incansable por este país, no solo desde “la salida” y desde “la primavera venezolana”, contemplo este nuevo plano de lucha en donde el más fuerte no es que el vence, sino el que persevera y el que es resiliente.
Existen muchos factores sociales de riesgo: crisis económica, desprestigio de la política, crisis de valores, desempleo, pobreza, etc. Si nos encontramos en alguna de estas situaciones ¿Estamos en condiciones de superarlo? Y que la respuesta sea afirmativa o negativa dependerá solo de las capacidades de cada joven. Siendo sincero llegamos al punto de inflexión en donde ya no hay vuelta atrás y solo podemos luchas hasta vencer, eso es un indicador de resiliencia, a pesar de estar en medio de crisis aún existe una chispa de esperanza que nos va a permitir salir de una vez por todas de la situación tan cruel por la que nos ha hecho pasar este sistema criminal.
Un país rico de verdad, que se encuentra detrás de la tormenta es la razón por la que no hay que irse, sino quedarse para recuperar la familia y dar un cambio en la manera de hacer política en este país, una sociedad donde el joven tome iniciativas en el emprendimiento generando competencia en el mercado local y tendencia al libre desarrollo de cada uno de los individuos, un país en donde ser rico no es malo y que el gobierno de turno fomente la creación y crecimiento de estas empresas, quienes sin lugar a duda podrán ser líderes de la economía nacional.
Es el momento de empezar a conocerse como joven, de explotar nuevas capacidades y tomar responsabilidad, debemos asumir que tenemos la capacidad para determinar el rumbo de nuestra vida y más allá del país que queremos y podemos alcanzar. No es momento de rendirse sino de avanzar y retomar lo que siempre fue nuestro, una sociedad que esta lista para vencer a un sistema criminal.
Coordinador juvenil de Vente Los Salias
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