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Hace unos días, los venezolanos de todas partes del mundo observábamos con consternación los resultados de las primarias presidenciales en Argentina. ¿Es que acaso no se ven en nuestro espejo?, se habrá preguntado más de un venezolano dentro o fuera del país. Pero ¿nos estamos viendo los venezolanos dentro del espejo de nuestros amigos argentinos?

Sin realizar un análisis político profundo sobre la realidad actual argentina, junto a los aciertos y desaciertos de la administración del presidente Mauricio Macri; podemos afirmar que lo sucedido en Argentina hace unos días no es ajeno a lo que pueda suceder en otro país de la región; así como la aplicabilidad del modelo chavista no es excluyente a ningún país.

Karl Popper decía que “nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita”. Criticable o no, esta frase nos reafirma la relevancia de los tiempos en la política. Hoy puedes tener a millones repudiando un sistema, y mañana muchos millones más alabando el sistema que anteriormente criticaban. He acá el arte de combinar lo políticamente correcto con lo técnicamente viable en términos de gestión.

Si algo nos han enseñado los populismos latinoamericanos, es que cuando están débiles no se les debe restar importancia, sino al contrario, terminar de presionar para que los mismos se extingan. Por esta razón, dudo que los gradualismos sean la mejor opción para gobiernos que heredan regímenes populistas.

Las verdaderas reformas para cambiar un sistema y toda una sociedad son las que se aplican de forma radical y que cuentan con la suficiente voluntad política para llevarlas a cabo. Para muestra de esto, por desgracia, la voluntad política de Chávez a la hora de ejecutar la Constituyente de 1999, dónde no valió ni importó que el país enfrentara una de las peores catástrofes naturales de su historia republicana, la ejecutó literalmente contra viento y marea, de forma radical.

Y es que Popper no miente, nuestra ignorancia no tiene límites, como la maldad de los sistemas del socialismo del siglo XXI tampoco los tiene.

En la nueva Venezuela no bastará sólo con decir que no se es socialista, sino se aplican realmente reformas que saquen de raíz este funesto sistema. No bastará con denunciar la impunidad, sino se iguala la brecha entre el delito y el castigo. Ni tampoco bastará hablar de corrupción cero, sino se juzga a quien se tenga que juzgar por el monto que sea.

Argentina es el mejor espejo para los venezolanos que nos preparamos para ver el nacimiento de la Venezuela que nunca vió luz, una república democrática liberal. Pero mantener esta nueva esperanza a salvo, dependerá de que tan radicales estemos dispuestos ser para defenderla cabalmente. Es ahora o nunca.

 

Economista, máster en gestión pública, liderazgo y gobierno

Coordinador municipal de Los Salias

Coordinador de venezolanos en el exterior

@FabioLValentini