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El Zulia, cuna del rayo del Catatumbo; el estado que tiene la ciudad más bella que existe en el continente, imponente con el Lago de Maracaibo y majestuosa con el puente Rafael Urdaneta el cual lo atraviesa, tierra bendecida por nuestra patrona, la virgen del Chiquinquirá, y con un gentilicio lleno de profunda fe y pasión por el trabajo. Son algunas de las características que resaltábamos sus ciudadanos de nuestro pequeño paraíso ubicado al occidente de Venezuela.

Quienes conocen el Zulia hoy saben que el ensañamiento por parte del régimen contra la entidad y sus habitantes no ha cesado, un Estado con gente alegre, ciudades coloridas, con mucho patrimonio cultural, una gastronomía con el más alto nivel de Venezuela hoy se encuentra apagado, en ruinas, devastado, desolado y sumido en la mayor miseria que podamos imaginar y vivir, el cual  está luchando por sobrevivir.

Son más de 15 horas diarias las que no contamos con servicio eléctrico, meses sin agua, no se cuenta con gas doméstico, por lo cual se recurre a cocinar a leña, la mayoría de los comercios cerrados, es un gran reto  poder movilizarse en transporte público, y sin duda es el Estado con mayor desplazamiento de sus ciudadanos, esto a raíz de lo inhumano que resulta vivir allí.

Parece insólito que un Estado petrolero y pionero en la ganadería hoy viva un porcentaje tan alto de pobreza extrema y caos; cabe destacar que  es el mejor ejemplo de un Estado fallido, todo esto parte del plan socialista.

La crisis que enfrentamos los zulianos ha causado el mayor desplazamiento de habitantes a otras regiones del país e incluso a irse de Venezuela en busca de calidad de vida, cosa la cual se nos arrebató hace muchísimo tiempo;  nuestras tradiciones han pasado a un segundo plano, la feria y la procesión de la virgen de Chiquinquirá, las visitas a la basílica, la temporada de béisbol, el recorrido por santa Lucía, las visitas al Maczul, las noches de arte en el Lia Bermudez;  hoy solo es parte de nuestros recuerdos.

Ser zuliano nunca antes había sido tan doloroso, y nuestra gaita “la grey Zuliana” que se ha vuelto nuestro himno no había tenido tanta vigencia, como ahora, que vivimos  nuestro momento más oscuro.

Soy zuliana y día a día trabajo para que nunca más mi ciudad y mis conciudadanos padezcan como hoy, como muchos otros soy de quienes día a día luchan por encender la luz del Zulia y que sea referencia de prosperidad y desarrollo en la futura  Venezuela libre que vamos a construir. El Zulia que tanto ha dado y que tiene ciudadanos dispuestos a recuperarlo no vamos a ceder ante la tiranía, no permitiremos que apaguen nuestra esperanza y mucho menos que triunfe el mal.

El Zulia renacerá como el sol de su escudo, y seremos la mejor versión de la ciudad del sol amada.

 

@WilmaryMejias