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Luchar por la libertad, no es una idea nueva. Ha sido librada muchas veces en la historia universal. Como ejemplo tenemos la librada para poner fin al terror ocasionado por las ambiciones desmedidas de Hitler, que dieron origen a la segunda Guerra Mundial, y que concluyó con una aplastante victoria de los aliados contra el nazismo. Las acciones emprendidas por Churchill, Stalin y Roosevelt fueron orquestadas con unidad de propósitos para la acción. No fueron las maquinas ni las personas, las que impulsaron el éxito, sino las ideas sobre las que fueron inspiradas.

En el terreno de las ideas, es más sencillo encontrar coincidencias. Hablar de unidad y libertad para hilvanar una idea puede a veces llevarnos a concluir con una falsa dicotomía. La una y la otra son dos conceptos que se complementan, cuando tienen propósitos claramente definidos. 

Han sido años escuchado y gritando consignas que se han repetido incansablemente en nuestras protestas y manifestaciones: “¿Quiénes somos? Venezuela. ¿Qué queremos? Libertad”. Frase que luego de ser repetida varias veces concluye con una idea: “¡¡¡Libertad, libertad, libertad!!!”. 

Los venezolanos sabemos lo que queremos: libertad, esta idea está clara. Sobre lo que no hay total claridad aún, es como la conquistamos.

Con unidad, el proceso para conquistar la libertad es más efectivo, cuando la unidad está vinculada a propósitos y objetivos específicos, que ofrecen una idea y ruta definida para transitar el camino que ha de conducirnos hacia la libertad. A principios de este año nos presentaron una idea con una ruta claramente definida en un proceso para conquistar la libertad: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Esta ruta propuesta por la Asamblea Nacional la compramos todos. La respaldamos entonces, la respaldamos hoy, pero más aún la seguiremos respaldando hasta alcanzar el objetivo que persigue: la libertad de Venezuela y de los venezolanos.

Ahora bien, debemos edificar la unidad que necesitamos para conquistar la libertad: la unidad de propósitos. Unidad para trabajar en la dirección que produzca el resultado que exigimos: el ser libres, en el menor tiempo posible, para detener el sufrimiento de tantos conciudadanos. No se trata entonces de una unidad para hacernos compañía o para estar juntos, sino la unidad para hacer todo lo que sea necesario hacer para conquistar la libertad.

A Eleanor Roosevelt, esposa del Presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt,   se le atribuye este pensamiento: “Las grandes mentes discuten ideas, las mentes medianas discuten acontecimientos, las pequeñas mentes discuten sobre personas”. Si verdaderamente aspiramos triunfar para trascender en esta complicada lucha por conquistar la libertad, debemos centrar nuestras actuaciones más en el plano de las ideas, que sobre las personas.

Hace unos días el presidente encargado Juan Guaidó declaró: “El régimen no entregará el poder. Hay que arrebatárselo”. Planteamiento éste defendido por María Corina Machado, con coraje y determinación desde hace mucho tiempo. Al parecer, finalmente empiezan a aparecer las coincidencias entorno a las ideas. Entonces, es tiempo de actuar en consecuencia.