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La solidaridad, un sentimiento que en muchos casos es abundante, en otros muy escasos. El humano por miles de generaciones ha tenido esta actitud, pero igualmente ha demostrado todo lo contrario en muchas ocasiones. La solidaridad que en ocasiones es cultural, tienen un componente de identificación por nación, culto y en algunos casos de raza.

Es bien sabida las ayudas entre comunidades llegadas al territorio venezolano cuando éramos un país estable. Judíos, portugueses, españoles, italianos por sólo nombrar algunos de los que llegaron en la época que Europa era un gran campo de batalla, la solidaridad venezolana les abrió las puertas y en muchísimos casos el Estado pagó los pasajes de estos grupos para que viniera. Los motivo eran muy diversos, profundizarlos me llevaría redactar muchas páginas de explicaciones. Pero lo que si les puedo decir que la población venezolana a finales del siglo XIX no llegaba a los 2 millos. De hecho teníamos una ganadería tan abundante que, hasta donde recuerdo llegó a tener 5 cabezas de ganado por habitante.

Por supuesto la culpa de que el país tuviera tan poca población había sido las guerras civiles, porque desde que se fundó la IV República por el General José Antoni Páez en 1830, separándonos de la primera República de Colombia creada por Bolívar (conocida históricamente como Gran Colombia), Páez fue uno de los primero propulsores de trasladar europeos al territorio venezolano con el fin de poblar y traer gente que hiciera progresar la nació, con la llegada de los Monagas al mando, Venezuela tomo otro rumbo.

Hoy en día el mundo es muy distinto, ya la población del planeta se acerca a los 8 mil millones de habitantes y los grupos de desplazados que se encuentran pululando por todas partes de planeta son enormes, gracias al socialismos del siglo XXI, que ha sido uno de los bastiones de las ideas castro comunistas en la región, ha convertido a los que otrora demostraban su solidaridad al resto del mundo, en refugiados y emigrantes, ahora les toca no sólo hacer grandes jornadas de desplazamientos para buscar llegar a algún puerto que lo reciba, sino también sufrir xenofobia y discriminación de todo tipo.

El siglo XXI no se parece ni de lejos lo que fue el mundo a principios de siglo anterior, así que si esperamos ser bien recibidos como lo hicieron los venezolanos de hace 100 años atrás a todos los que venían, no será así porque ya los recursos cada vez son más escasos en las naciones más estables. Por ello no nos queda de otra que dar la pelea por lograr un cambio radical para generar igualdad de oportunidades a todos los conciudadanos que están y los que quieran regresar. Por ello deberíamos entender que la solidaridad la debemos promover entre nosotros mismo, al final es un grano de arena para hacer los cambios que necesitamos.

Coordinador de Formación de Cuadros de Vente Los Salias
@jfmarcano
Otros artículos del autor:
jfmarcano.blogspot.com