El hemisferio vive horas oscuras en las que grupos violentos representados en la izquierda buscan hacerse del poder por la vía del golpe a gobiernos democráticos de Chile, Ecuador, Colombia y otras naciones. Su intención es provocar el caos, la destrucción sin importarle las consecuencias que dejen a su paso.
Todo esto viene planificado por el régimen de los hermanos Castro y es financiado por Nicolás Maduro quien con dinero oscuro da poder para desatar la violencia sin precedentes. Las muertes ocurridas en Chile tienen un solo culpable, la izquierda asesina organizada en el Foro de Sao Paulo.
La izquierda esta vez utiliza cualquier pretexto para iniciar las desestabilizaciones, la mayoría provenientes de las consecuencias que ellos durante sus gobiernos provocaron, porque sin duda, el subsidio, un Estado grande y la intervención en la economía termina siempre el crisis internas que nuevos gobiernos deben resolver con dureza.
El peligro es inminente para el continente que vive las horas más oscuras de la historia, por lo que requiere de organización, estrategia y audacia enfrentarlos todos los demócratas de América. No podemos permitir que los sueños de libertad, prosperidad y democracia se vean arruinados y las naciones sean sometidas a regímenes crueles como el de Venezuela.
No puede existir contemplaciones ni mucho menos ceder ante estos grupos que generan terror en las sociedades. No podemos ir atrás en medidas que al largo paso traerán prosperidad para los individuos y sobre todo no podemos doblegar ante la verdad.
Quienes estamos en esta lucha entendemos que sí, es una lucha en el plano de ideas pero sobre todas las cosas es existencial porque la permanencia de la izquierda significa perdida en nuestra calidad de vida, incluso de la vida en sí misma. Los venezolanos hemos entendido la magnitud de lo que enfrentamos por eso hoy más que nunca necesario es persistir hasta vencer.