Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Actúa que el tiempo apremia, es una frase comúnmente citada por muchos. En política, más que una frase común, es quizás una norma; mientras que, en geopolítica, es quizás una obligación.

Tal vez hoy quienes mejor puedan interpretar el valor del tiempo –como recurso limitado– sean los venezolanos. Desde el ciudadano más humilde, hasta el empresario que sigue apostando al país. Ambos, en circunstancias completamente diferentes, saben que el tiempo se les agota en un país sin rumbo como el que vivimos. A uno quizás el tiempo le desfavorezca más y no pueda comer la próxima semana; mientras que el otro sabe que un día más bajo estas condiciones es un día más de pérdidas comerciales irrecuperables. Esto es solo una superficial generalización que sirve para comprender el sentido ético de la urgencia que debe primar para poder enfrentar este conflicto.

Un segundo perdido hoy es un segundo de mayor empobrecimiento y destrucción del país; pero también, un segundo en el que Latinoamérica más se complica. Un segundo perdido, son minutos que capitaliza el comunismo y las fuerzas del mal para avanzar.

Por inocencia o no. Por entenderlo o no, bien parece que ni la urgencia ni el actuar con ética son dos premisas que hoy comparten quienes nuevamente se han convertido en el cogollo interino de la República. Mientras la sociedad clama con estupor aplicar cualquier mecanismo que expulse al sistema de la nación, este cogollo se encarga de propiciar unas pseudo-elecciones que prolongaran la agonía de esta sociedad.

Sin embargo, queridos lectores. Los tiempos ya no son los de enero. Ni en lo político, ni en lo geopolítico. Ni los venezolanos volveremos a tomar las callen sin un fin claro, ni Argentina volverá a alzar la voz, al menos en cuatro años, por la libertad de Venezuela.

Toda acción tiene su consecuencia: optaron por el apaciguamiento con falsos diálogos, y ahora una región más inestable y vulnerable hace que la aplicación de las potenciales soluciones sea más complejas; lo que no implica que estas no sean las indicadas.

Recuperar el tiempo perdido no será imposible, pero si difícil. Necesitaremos entonces construir nuevos canales de interlocución, recuperar la confianza interna que pasa por entender la urgencia de todos los estratos de la sociedad y tener la voluntad política para liderar lo que será uno de los movimientos libertarios más importantes de todos los tiempos.

Será esa la voluntad que llevará a que los tiempos políticos, se alineen con los geopolíticos y de una vez por todas se extirpe este cáncer de raíz. No hay más tiempo que perder.

Coordinador municipal de Vente Los Salias y de los Venezolanos en el Exterior

@FabioLValentini