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El tipo de régimen como el que se ha instalado en Venezuela es muy particular, porque a pesar de los grandes recursos económicos dispuestos sin ningún tipo de control, no ha servido siquiera para construir carreteras, autopistas, escuelas, universidades, hospitales entre otras obras civiles. Aun cuando gobiernos de otras áreas geográficas y épocas, también criminales y muy despóticos con su propia población, por lo menos han crecido en cuanto a metros cuadrados de construcción y también en tecnología. Lo anteriormente descrito refuerza la tendencia de la estructura gobernante en Venezuela, directamente hacia una forma de corrupción generalizada, pero más grave y como mecanismo para perpetuar la situación previa; el intentar “embrutecer” a una población entera.

El término es duro y causa un cierto malestar con o sin razón, pero es cierto lamentablemente. Si se es honesto, coherente con principios y valores, aplicamos la lógica, los fundamentos de la investigación científica, la metodología, luego observamos y analizamos a la sociedad venezolana misma, sus instituciones, escuelas, liceos, universidades podemos llegar a conclusiones definitivas las cuales no son alentadoras. Una interrogante: ¿si estas instituciones, dentro de su cultura organizacional, el comportamiento de la población, la política y la gestión pública, hubiesen funcionado medianamente bien en Venezuela,  la situación sería la actual?. La respuesta es un rotundo No. De allí el fracaso reiterado de todas las acciones superficiales, populistas, a veces mal intencionadas, mediocres o dirigidas por mediocres, con muy poco contenido técnico-científico; las cuales, todas se repiten cíclicamente por diferentes “actores”. Es lo peor que le puede pasar a una sociedad y está ahí presente, cotidianamente, en el país. Luego la próxima interrogante, esta sí, con un grado de dificultad más elevado para responder: ¿Qué hacer frente a la presente situación? Puede haber no digamos innumerables respuestas, pero si hay por lógica una que no debe aplicar, que es: seguir haciendo lo mismo. Allí entra en juego entonces, la propuesta, en todos los ámbitos y situaciones; en una de las fuentes del conocimiento: las universidades.

Más específicamente atendiendo al hecho de las universidades como generadoras de conocimiento, el régimen venezolano ha hecho esfuerzos por destruir, directa e indirectamente, desde afuera y desde adentro; actuando sobre las universidades públicas autónomas y sobre las públicas no autónomas; todas con fortalezas y debilidades, con más o menor grado de deterioro, pero lo grave es que utiliza la propaganda para publicitar la creación y financiamiento de algunas universidades públicas no autónomas, las cuales son comodines para decir que el gobierno si apoya la educación superior. Es una mentira, muchas de esas instituciones sólo metabolizan los conocimientos y profesionales, que con esfuerzo, honradez, sacrificio, estudio y recursos económicos han sido egresados de universidades autónomas, no autónomas y privadas. Con una visión de país totalmente distorsionada por los vicios del propio estamento gobernante, objetivos que nunca se llevarán a cabo y sobre todo con un criterio muy mal fundado, débil y hasta malicioso, del querer graduar a profesionales sobre todo en las áreas científicas, los cuales, en caso que puedan obtener las mínimas competencias para atender la deteriorada sociedad venezolana, estarán muy lejos de crecer en ese metabolismo incesante, e imposible de competir, defender o compartir conocimiento con el mundo.

De todo esto se desprende la necesidad de dar una propuesta académica para construir el país y una propuesta en lo académico, para salir del circulo vicioso del querer obtener resultados diferente, preferiblemente buenos resultados; pero haciendo siempre lo mismo.

Para salir de la situación actual, del régimen actual, de los que ostentan el poder actual, el camino es difícil. Pero para lograr lo anterior más llevar a Venezuela por el camino del desarrollo científico, humano y lograr calidad de vida en una sociedad decente y libre, es más difícil aún. El liderazgo debe estar listo para atender todas las situaciones; ¿qué valor tendría sólo atender las fáciles? ¿Acaso no hacen lo mismo los débiles y complacientes?

Posiblemente el estamento corrupto gobernante no tiene problemas con eso, pues en sus pequeñas mentes, sigue imperando la idea de distribuir la riqueza en vez de crearla.

@aricard53712558