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En estos años de tiranía en Venezuela hemos andado de frase en frase: “Atrévete”, y nos atrevimos, «Hay un camino», y lo recorrimos, “Vamos bien”, y nos confiamos… así, pasamos 20 años y 8 meses.

Hemos hecho de todo, la sed de libertad se esparce por nuestras entrañas y han ocurrido un sin fin de acontecimientos.

El día martes 29 de octubre, con asombro presenciamos que la Asamblea Nacional en la voz del Sr. Juan Guaidó, nos dijo textualmente lo siguiente:  “Venezuela está lista para una solución en la Asamblea Nacional, iniciamos el proceso para nombrar un nuevo CNE que convoque a una elección presidencial realmente libre, nos declaramos en sesión permanente para que la fracción del PSUV se ponga de acuerdo y le demos soluciones al país” e inmediatamente se aprobó la conformación de un comité de postulaciones para la designación de nuevas autoridades del CNE.

Con estupor vimos que dejaron a un lado tres (03) detallitos importantes: 1) La agenda presentada  para esa sesión no se cumplió; 2) La ruta acordada con los venezolanos el pasado 23 de enero que señalaba, claramente, primero el cese de la usurpación, se abandonó; y 3) No explicaron por qué no nombraron, cuando correspondía, a los rectores del CNE, y pretenden hacerlo ahora en un acuerdo con el PSUV, incitando a los venezolanos a recorrer una ruta electoral con el régimen y las mafias, para el reacomodo de los mismo de siempre. 

Nos preguntamos ¿para esto querían que regresarán a la Asamblea Nacional los ex diputados del PSUV? ¿Cómo panas pretenden repartirse la torta del CNE? 

Hoy, de traición en traición, hemos descubierto el agua tibia, que no es otra que la certeza de haber estado dando vueltas de un lado para otro, llegando  siempre al punto inicial. Ir a unas elecciones que no serán ni libres, ni limpias, es darle oxígeno al régimen que ha humillado y asesinado a miles de venezolanos -con balas de plomo o de hambre- con el único objetivo de mantener cuotas de poder, esto es intolerable. 

Los años pasan, las familias se desintegran, millones de venezolanos desplazados por el mundo, la lucha interna por la sobrevivencia que se acrecienta ante estas traiciones, pero los ciudadanos estamos claros, no podemos seguir permitiéndonos ser una sociedad de cómplices. Sabemos que así la democracia no funciona, que cada uno de nosotros debe asumir responsabilidades, y la primera es decidir, si seguimos apoyando a dirigentes que no nos escuchan, que no nos ven y que no nos cumplen, convirtiéndonos en cómplices de ellos,  o dejar de prestarnos para este macabro plan.

No todo está perdido, dentro de la Asamblea Nacional vemos cómo luchan los diputados de la fracción 16J para reivindicar el mandato popular que dimos los ciudadanos el 16 de julio del 2017, once (11) diputados que sin ser mayoría, representan genuinamente el sentir de los venezolanos. La fracción 16J con coherencia, firmeza y coraje fijan su posición: Primero: No aceptar elecciones sino después que cese la usurpación y que haya un gobierno de transición. Segundo: No permitir elecciones parlamentarias, es una elección presidencial sin maduro usurpando el poder. Tercero: No puede ser el inicio de un nuevo poder electoral, parte de un pacto de reparto burocrático entre los partidos o entre los cogollos.

La ciudadanía siempre ha mantenido su decisión, seguir, avanzar, trabajar y luchar hasta cristalizar la libertad, sin mafias, sin cómplices y sin corruptos… y lo vamos a lograr.