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(Urachiche. 28/11/2019) Ante las últimas actuaciones desarrolladas en el ámbito político, hemos podido entender que la dirigencia «opositora» no ha estado a la altura del momento por ser cómplices.

Hoy, vemos como parte de esa dirigencia política, desgastada y sin credibilidad, busca achacarle su frustración a nuestros ciudadanos, insinuando que los objetivos no se han logrado, porque la ciudadanía no ha salido contundentemente a las calles.

¿Acaso los ciudadanos que salieron en el 2014, 2016 y 2017 no fueron suficientes? Los cientos de heridos y las decenas de muertes en las protestas, a lo largo y ancho de nuestro país ¿fueron qué? Siguen jugando con la paciencia y con la nobleza de nuestra gente.

A esos, la ciudadanía les pasará como un tsunami y los dejará hecho una «ruina de politiqueros» execrados por la historia y olvidados por nuestra sociedad.

Sólo pocos se salvaran de este fenómeno arrollador; los que se mantuvieron firme, leal y no vendieron la lucha. Aquellos que fueron coherentes en el discurso y la acción, quienes se plantaron de frente y sin titubeos ante el régimen usurpador; los que dejaron su status de confort y se colocaron al lado de nuestros ciudadanos; sólo ellos estarán a la altura del proceso de construcción de la Venezuela del futuro.

Sólo ellos, garantizarán junto a nuestros ciudadanos, la restauración de la nueva democracia. Una democracia real, liberal, abierta al mercado y al mundo, fundada en los valores republicanos; con un estado de derecho y de justicia inviolable.  Unas instituciones independientes y eficientes, donde el estado sea reducido para que éste no ahogue el emprendimiento de nuestros ciudadanos, y a su vez, el desarrollo y el engrandecimiento de nuestra nación.

Por eso, desde Vente no sólo pedimos un cambio; sino, una transformación. Porque no es un hombre o un partido; sino el sistema (socialista) y es ahí donde debemos ser más enfáticos.

Por eso es que no nos debemos molestar cuando nos dicen que somos «radicales», porque la palabra proviene de «raíz», y es precisamente eso es lo que queremos: salir de este modelo fracasado de «raíz»  lo antes posible, sin titubeos ni medias tintas.

Es por ello, que en vente formaremos una dirigencia coherente, valiente, con visión,  proyección y sobretodo amor por este país. Lograremos una democracia donde la libertad no sea un sueño, una utopía, una dádiva del gobierno de turno; sino, el derecho más sagrado que tiene un individuo para realizarse y desarrollarse.

Amilcar Mendoza