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(Maturín. 05/12/2019) Todo lo que se construyó a inicios de enero del presente año, al parecer fue simplemente un castillo de naipes, una ilusión de un mago de cabaret, que a mitad del show siempre se van desdibujando sus trucos y se pierde la esencia del show. Algo tan frágil que al simple soplido del lobo feroz, se derrumban las paredes que comenzaron sosteniendo lo que parecía la escalada final a la salida de la que es considerada hoy, la mayor tragedia de Latinoamérica en toda su historia contemporánea.

La ruta planteada en el mes de enero por el hoy Presidente Interino, Juan Guaidó, se ve cada día más desdibujada y hacia otra vía muy diferente al del cese de la usurpación. Falta tan solo con ver las discusiones completamente fuera de lugar y estériles de la Asamblea Nacional (AN) para darnos cuenta que en el objetivo que en enero unía a toda una nación no tienen nada que ver con lograr el cese de la usurpación de Maduro y sus mafias.

Si estuviéramos en la etapa de transición, o quizás, ya en un gobierno en democracia, con separación de poderes, entonces entenderíamos claramente que se discutiera en el Hemiciclo, proyectos de ley para el mejoramiento del salario, o de la crisis eléctrica, crisis alimentaria, proyectos de ley para la seguridad o cientos de leyes que en un país normal se deberían de debatir en el parlamento.

Ha comenzado una crisis institucional que busca implosionar al gobierno interino, casos de corrupción que desde el mes abril vienen sonando, como es el famoso y aún no esclarecido  Cucutazo; ahora, más reciente, los denunciados por el ex embajador Calderón Berti sobre el dinero de las ayudas a los militares y lo de la empresa Monómeros  y las de Armando Info. Sin tener que ser pitoniso sabemos que todos estos escándalos de corrupción es solo la punta de un iceberg, quizás, más grande que con el que el Titanic impactó.

La nueva junta directiva del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en el exilio, la violación constante del Estatuto de la Transición por parte del interinato, los atropellos a la Fracción 16 de julio al violar el reglamento de interior y debate de la AN, es decir, es un sin fin de situaciones que hoy derrumban por completo la credibilidad de una opción que a principio de año llenó de esperanza a todo un país, que desilusiona y decepciona a la gran mayoría de venezolanos y hasta a nuestros principales aliados.

El diálogo de más de 4 meses mató la calle. El acto de cohabitación con Maikel Moreno y Padrino López para el 30 de abril, que los ciudadanos dan gracias a Dios porque eso no sucedió finalmente, la tardanza en la aprobación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar), la bienvenida a los ex diputados del Psuv a la AN. Todo esto ha trazado el camino para que hoy se encuentre en un completo caos la posibilidad cierta de que este mismo año pudiéramos haber logrado el final a toda esta pesadilla. Pudieron más los intereses partidista del entorno del Presidente interino, los egos, la soberbia y los guisos, que el verdadero propósito que nos unió en enero, que era lograr el cese definitivo de la tiranía, para comenzar un gobierno de transición que iniciara la reinstitucionalización del país y luego llamar a unas elecciones libres, sin ningún elemento del régimen de Maduro en el poder. Pero, al final, quisieron desvirtuarlo  y han querido venderle a los ciudadanos que es a través de unas elecciones que lograremos el cese de la usurpación.

Muchos se oponen a la transición, porque saben que será el fin de la impunidad. No le temen a la intervención le temen es a la justicia.

Al Presidente Guaidó, es de su conocimiento los múltiples llamados que le hemos hecho a la rectificación y a retomar la ruta que trazamos en enero. Que hoy lo seguimos reconociendo como Presidente encargado de Venezuela y que lo vamos a acompañar inclusive  hasta el cementerio, pero no nos vamos a enterrar con usted. Nosotros tenemos una responsabilidad por la libertad y la reconstrucción del país y estamos haciendo todos los esfuerzos necesarios para lograrla a pesar de no contar con su investidura, porque prefirió rodearse de muchos que hoy no les interesa salir del régimen, porque conviven y se beneficien de él y de esta tragedia. Hoy los ciudadanos están alerta y consientes que es lo que hay que hacer. Lo hemos visto reflejado en las últimas convocatorias a la calle sin un norte.

De seguir así, este castillo de naipes se terminara de desplomar.

@JesusFariasVen