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Este año 2019 observamos cómo las acciones de la Presidencia Interina y la gran mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional, fueron siempre ocultas, de espalda de los ciudadanos, nunca se escuchó y se valoró lo que decía la calle, nos ignoraron una y otra vez. 

Los vimos corretear, charlar y chismear de un lado a otro, coqueteaban con el chavismo hasta el punto de invitarlos a que se incorporarán nuevamente los exdiputados del PSUV a la AN  y así fue; con aplausos y salutaciones le dieron la bienvenida. Todo este accionar confirma lo que ya sospechábamos los ciudadanos, se hizo pública y notoria la cohabitación y el colaboracionismo.  

En  la AN, cohabitan la oposición oficial y el chavismo, esto no es casualidad, porque  juntos pretenden realizar una serie de proyectos para sus propios beneficios y en detrimento de los ciudadanos, tales como; crear un estado de normalidad en el país, para así llevarnos a unas elecciones parlamentarias aunque saben que esa vía sería una farsa. 

Además, pretenden llegar a un acuerdo que involucran a la Corporación Andina de Fomento (CAF) y al Programa de las Naciones Unidas (PNUD) en donde se le daría un préstamo al régimen a través de Corpoelec para solucionar la crisis eléctrica que el mismo régimen género, reconociendo como Presidente al usurpador.

A lo largo de todo este año observamos las agendas que nos presentaba la AN, tratando  temas de relleno en la sesiones y evadiendo los trascendentales. El mantra lo echaron a un lado, salvo la fracción 16J que promete que para el año 2020 votará por alguien a la presidencia AN que se comprometa a transitar seriamente y sin distracciones la ruta que privilegie el cese de la usurpación. La AN, no ha tenido la voluntad política de tratar  asuntos tan graves como el tema de la libertad, la democracia y la reinstitucionalización del país. 

Desde la AN se ha omitido la investigación del trama de corrupción del dinero destinado para ayudar a los militares que habían desertado del régimen de Maduro, olvidando que una de las funciones del Parlamento es hacer control de lo público. Venezuela  es el único país donde ante las denuncias de corrupción, los involucrados no dan explicaciones y en lugar de ponerse a disposición de que se realice una investigación seria, se protegen detrás de sus cargos.

El miércoles 11 de noviembre el Sr. Guaido nos  propone que le acompañemos a construir una nueva agenda de lucha denominada 20/20, el mismo Guaidó que no nos escuchó durante todo el 2019 cuando le insistimos en seguir la ruta del coraje, le manifestamos que el dialogo solo serviría de oxigeno él, quién se consideró a sí mismo un gran líder, un mesías, y ahora los ciudadanos ya no le creen más. Este año vimos también por las redes sociales las múltiples veces que la alianza Soy Venezuela trató de comunicarse, y ante la negativa del encargado de la presidencia, tuvo que hacer públicas sus sugerencias a través de distintos comunicados.

Los venezolanos hemos dado todo, hasta con la vida  hemos defendido nuestra libertad y no merecemos esta burla. Hoy sabemos que  lo peor que nos pasó no solo fue tener a la tiranía más cruel y criminal de la historia, sino a una dirigencia con muchos cómplices y cohabitadores.

Combatir esto no es tan sencillo como salir a la calle y pelear, se requiere un liderazgo que ejecute acciones políticas serias, sólidas y coherentes, que generen confianza  a los ciudadanos y a los aliados internacionales, para lograr la articulación de la fuerza internacional con la fuerza ciudadana interna necesaria. Los venezolanos tenemos claridad en el objetivo y nada ni nadie nos lograra desviar. Seguiremos avanzando sin cómplices, ni cohabitadores, hasta conquistar nuestra libertad.