(San Juan de Los Morros. 06/02/2020) Con los recientes acontecimientos en el panorama político actual podremos intuir que el fin de la era más oscura en la historia de Venezuela está por ocurrir. Eso es lo que nuestro país entero espera: El cese de la usurpación en su totalidad para que todos los factores democráticos, empresariales y la sociedad civil comencemos el proceso de reconstrucción desde las bases de la República. Así lograremos arrancar el mal que nos aqueja como sociedad y como país productivo desde muchas décadas atrás, llamado socialismo, y su acostumbrado populismo con el que muchas veces logran engañar a sectores de nuestra sociedad.
Debemos enfocarnos en las leyes, las cuales deben endurecer las sanciones o penas en casos de malversación de los fondos de la nación o cualquier otro tipo de acto de corrupción. También debemos evitar que personajes inescrupulosos sigan haciendo vida impunemente en el ámbito político nacional, esos que ven la política como un negocio para enriquecerse fraudulentamente sin importarle en lo absoluto el bien común.
Estoy seguro de que muchos pueden estar de acuerdo; sería la inhabilitación de por vida para ejercer alguna función en la administración pública venezolana. Con esto es muy probable que, aparte de lograr eliminar las corruptelas y el accionar de esos elementos que han actuado, disfrazados de oposición, por la prolongación y oxigenación del régimen criminal y oprobioso de Maduro, y que de dejarlos impunes podría significar la vuelta de regímenes delincuenciales como vimos que ocurrió en Argentina o Nicaragua.
A esto hay que agregarle que una vez ocurra el cese de la usurpación también debemos informar por todos los medios posibles a la población sobre el enorme daño causado estos últimos 20 años a nuestra nación, para que conozcan y comprendan que si se quiere que los servicios prestados como telefonía, luz eléctrica, etc., funcionen correctamente los costes deben ser acordes con la realidad, pero manteniendo el balance con las remuneraciones del sector trabajador del país, los cuales obviamente deben ser estabilizados una vez se recupere la producción y la generación de riquezas. ¿Esta recuperación será inmediata una vez salgamos del régimen? Obviamente no, ya que el daño es profundo y en prácticamente todos los sectores necesarios para que un país funcione adecuadamente. Pero con trabajo honesto y enfocado a edificar la nueva Venezuela con amor, no llevará un tiempo demasiado prolongado, ya que se está trabajando desde ya para concretarlo en el menor tiempo posible.
Todas las fichas están en el tablero, los supuestos reyes están desnudos, no hay tiempo para cometer errores graves, sin descuidos ni pecados de omisión y procedamos a darle jaque mate a la tiranía demagógica.
Gerardo Ramos Bermúdez