Estamos próximos a celebrar, una vez más, lo que se ha denominado con el pomposo nombre de «Carnaval Internacional de Venezuela», con igualmente pomposo slogan: «Carnavales hay muchos, pero como los de Carúpano, ninguno».
Y debo preguntar: ¿No es esto una falacia? ¿No constituyen estas aseveraciones un engaño? Después de algunos años, sobre todo en las décadas de los 60,70 y comienzos de los 80, en los cuales se realizaban en Carúpano fiestas de Carnaval con esplendor que constituían espectáculos dignos de admirar, por el arte y la belleza reflejados en carrozas, comparsas, bandas shows, eso cambió. A eso se aunaba el comportamiento cívico de la población y de los visitantes de otras regiones atraídos por la fama alcanzada por nuestros Carnavales en esos años, paulatinamente todo ello se fue degradando y desapareciendo, tan es así, que ya el carnaval de Carúpano no es más que un deprimente espectáculo, no hay carrozas ni comparsas, ni bandas shows, ni desfiles escolares dignos de admirar, solo participación de escuelas obligadas a hacerlo, con vestimentas que solo provocan risa, por no decir otra cosa, y una población cada vez más sin demostración de civismo alguno.
Por lo que también debo preguntar: ¿Es necesario seguir realizando este tipo de eventos que a la ciudad de Carúpano no ha dejado ningún beneficio? A no ser por la pretensión oficialista de seguir dando al pueblo – al estilo de lo que hacia el Imperio Romano -pan y circo, aunque ahora solo será circo y deprimente, porque pan (entiéndase alimento) es difícil obtenerlo.
Concluyo, y estoy corriendo el riesgo de ser tildado de anticarupanerista, que es hora de tomar verdadera conciencia de lo que queremos para nuestra ciudad y que definitivamente no es esta forma de celebrar fiestas de carnaval y en estos tiempos de escasez menos, despilfarrando recursos que se necesitan para atender, por ejemplo, la precaria situación de nuestro hospital, por nombrar solo un caso.
El Carnaval no es Patrimonio Cultural de Carúpano. Patrimonio es algo que ha dejado y conlleva valores y el Carnaval está lejos de representarlos.