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(Valera. 18/02/2020) Una ruta es un camino, vía o alternativa que nos permite alcanzar un objetivo o llegar a un destino y el coraje es la determinación y el ímpetu con que se enfrentan los obstáculos, riesgos y peligros que nos impiden llegar al punto final de esa ruta. La palabra coraje proviene del francés corage conformado por la raíz cor que significa corazón, por lo tanto, el coraje incluye a aquellos que actúan con fortaleza o se esfuerzan de corazón.

La ruta del coraje es un proceso que nace desde el corazón noble, valiente y libertario de cada uno de los venezolanos que lo han dado todo para dar al traste al sistema cleptocrático que los mantiene secuestrados, y que Vente Venezuela le ha dado forma y estructura para adaptarlo como principio ético no solo de transformación sino de reconstrucción del país.

Hay dos clases políticas en Venezuela que tienen más de veinte años enfrentados pero que parecen coincidir en su repudio a la ruta del coraje y en su férrea defensa de una alternativa de diálogos y farsas electoreras. Una es el régimen y la otra un sector de la oposición, ambos con un poderoso aparato comunicacional que pretenden imponer una matriz de opinión en la que los ciudadanos supuestamente desean solucionar esto con elecciones sin cese de usurpación.

El 23 de enero del 2019 el presidente (E) Juan Guaidó decidió transitar la ruta del coraje al asumir el rol del Ejecutivo Nacional (artículo 233 Constitución Nacional) y desafiar al régimen. Asimismo se impuso en sus dos salidas de Venezuela, una el 21 de febrero del 2019 recorriendo algunos países de Latinoamérica y la otra el 12 de enero del 2020 en una importante gira que culminó en EEUU, nuestro principal aliado.

Estas acciones están enmarcadas dentro de las propuestas de la ruta que nuestra organización ha defendido, y celebramos que exista una rectificación de los errores del año pasado que produjeron una desviación preocupante de la misma. El paso decisivo fue otorgarle la justa dimensión al conflicto, señalar al sistema mafioso venezolano que usurpa el poder como un conglomerado criminal al que no podemos combatir solos. Vente Venezuela viene sosteniendo esta tesis desde hace mucho tiempo pero no habíamos sido escuchados o simplemente no les convenía escucharnos. Sin embargo, es nuestro deber seguir presionando para que el presidente cumpla a cabalidad con la promesa de gestionar el cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres y transparentes. El éxito de la gira se medirá en base a los resultados que se produzcan en lo adelante y las respuestas de la comunidad internacional.

La ruta del coraje va de la mano del uso de la fuerza, no se combate un conglomerado criminal internacional con herramientas políticas clásicas como si se tratara de dos sectores políticos en conflicto.

La ruta es enemiga de la cohabitación, implica la depuración de todas las instituciones y poderes del país que coadyuvan a mantener el statu quo, pero también supone la sustitución de un sistema socialista que genera hambre, miseria y muerte, por un sistema liberal que promueva recuperación, desarrollo, producción, libertad, prosperidad y mínima participación del estado en las decisiones económicas más trascendentales.

Este camino que hemos emprendido no tiene la pretensión de acabar con el liderazgo de Juan Guaidó para imponer el de María Corina Machado, ni tampoco destruir la confianza ni la representatividad de la Asamblea Nacional como muchos han insinuado, al contrario, es un plan de acción bien pensado que tiene su máxima expresión el 16 de Julio de 2017 y que constituye un mandato ciudadano, que marca las pautas a seguir para materializar el cambio en el país y que se ha puesto a disposición del presidente y del poder legislativo para que su lucha sea eficiente y eficaz y logren la tan anhelada libertad de Venezuela.

Johnny Méndez