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(Maturín. 26/03/2020) Por si fuera poco para los venezolanos, ahora nos toca vivir una pandemia, por supuesto mucho más peligrosa y voraz que la última hace ya 11 años, como fue la de la gripe A (H1N1), que dejó un saldo de 5.000 infectados aproximadamente y unos 200 muertos. En aquel  entonces la situación económica del país no se encontraba tan desmejorada como ahora, en donde el venezolano en su gran mayoría vive del día a día.

Hoy nos ataca una pandemia conocida más recientemente como el «Virus Chino» o Covid-19, en un país que mantiene a las principales parroquias de cada estado con problemas graves de agua, cortes de luz no programados en casi todo el país casi todos los días y en algunos estados por más de 8 horas; un sistema de salud completamente deteriorado que no soportará un nivel de infección al estilo Europa y con un poder adquisitivo que no permite pasar más de 3 días en casa sin tener la necesidad de ir a buscar el pan de cada día, porque no existe capacidad de ahorro en un país en donde la inflación acumulada de 2020 es de más del 80% según la Comisión Permanente de Economía y Finanzas de la Asamblea Nacional.

La angustia de todo un país se siente en el tenso ambiente, y hoy solo nos queda asumir con mucha prudencia y responsabilidad todas las normas y recomendaciones hechas por todos los entes competentes, en este caso la OMS, Colegio de Médicos de Venezuela, Colegio de Farmacéuticos de Venezuela, entre otros, para así evitar el contagio y la propagación de este mortal virus en nuestro país.

Las misas se harán ahora y se transmitirán a través de las emisoras radiales AM-FM. Es buen momento mientras estamos en casa y en familia, poder desde esa señal radial pedir a Dios la sanidad y el fin de esta tragedia. Las oraciones imperan en este momento en unidad nacional sin distingo de clases sociales, credo, raza y militancia política.

Las familias se han reencontrado en este receso obligatorio por salvaguardar la vida y las enseñanzas del hogar a los pequeños salen a relucir en momentos en donde la solidaridad hacia el más desposeído es necesaria. La venezolanidad renace cuando nos necesitamos.

Hay muchas familias en este momento con angustia por no contar con los recursos necesarios para subsistir y más aún al no poder salir a  buscar ese pan de día a día por las medidas de protección necesarias para evitar el contagio, pero en un país en donde si no trabajas no comes y un Estado que le salió de control el poder abastecer a toda una nación en cuarentena.

Estamos seguros que saldremos no solo de esta pandemia, sino también de esta tragedia generada de forma intencional por un régimen que pretende quedarse en el poder a como dé lugar, pero que sabe que sus días finales los sienten cada vez mucho más y por eso reacciona como una fiera herida.

@JesusFariasVen