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El COVID-19 ha atacado con fuerza el 2020, un virus que en tiempo récord ha venido infectando a todo el mundo, ha llegado a Venezuela en el peor momento posible, en medio de la peor crisis económica, política y social. Debido a esta pandemia, está claro que medidas como cuarentena, toque de queda o aislamiento, son oportunas tomando en cuenta la propagación tan rápida del virus, sin embargo: ¿Es posible aislarse en Venezuela? ¿No salir?

Todos nos preguntamos cómo hace un venezolano que vive del día a día para comprar sus alimentos, sus productos de consumo diario, si ni siquiera puede salir a la calle, con un poder adquisitivo tan escaso como el que el régimen impuso con sus malas decisiones, con una corrupción tan descarada que ha provocado que un país tan rico y lleno de posibilidades llegue a donde está ahora. Salud pública y servicios básicos por el suelo, telecomunicaciones a punto del colapso, familias separadas; a esto nos ha llevado este régimen que solo busca llenarse los bolsillos a costa de la desgracia del venezolano.

Ahora, miembros de la banda de ladrones que hoy usurpan el poder, ponen en cuarentena total zonas en grave peligro por la propagación del virus. “Nadie entra, nadie sale”. ¿Necesario? Lastimosamente sí, pero las preguntas más importantes aquí son: ¿Esos mismos que mantienen encerradas familias enteras en sus casas, privándolos de la posibilidad de salir, serán los mismos que mantengan a esas familias que quizá no tengan comida ni para dos días? ¿Serán los mismos que se excusan bajo mentiras absurdas e incoherentes, culpando a otros sectores políticos, a otros países, cuando ellos son los únicos culpables de esta crisis? ¿Serán los mismos que le mienten, mal informan, tergiversan y le ocultan la información a su país, a su gente?

Hoy nos toca ser fuertes, sobreponernos a las adversidades, y sobretodo, cuidarnos de esta pandemia tan terrible. Muy pronto, no solo volveremos a salir, a abrazar, a besar, a convivir, volveremos a ser el país que Venezuela merece ser; con políticos dignos de guiar una nueva república liberal que recibirá con brazos abiertos a todos sus hijos dispersos por el mundo, y juntos, Venezuela no solo volverá a ser lo que era, será la mejor de la historia