En 1991 hubo un desplome económico en la cotización del petróleo debido a la Guerra Del Golfo. Actualmente, casi 30 años después se repite una gran caída en los precios. ¿A qué se debe esto? Desde mediados de diciembre inició la propagación de un nuevo coronavirus en China, en los siguientes meses el virus se esparció a nivel mundial a causa de la irresponsabilidad del partido comunista chino. Esto ha desatado terribles consecuencias, ejemplo: los grandes problemas económicos, entre estos, el declive en la demanda del petróleo causando la disminución de su precio.
El precio del crudo decayó un 30% después de que países pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y países extra-OPEP tuvieron una reunión en el mes de marzo para tratar la agravada situación del declive de los precios del crudo, Arabia Saudita siendo el mayor exportador de petróleo a nivel mundial, con una capacidad de producir 12 millones de barriles diarios, propuso un recorte de producción de barriles debido al colapso en la demanda del petróleo. Rusia se opuso a esta propuesta, después de culminar el encuentro, el ministro de Energía de Rusia, Alexander Novak dijo a la prensa: “En relación con los cortes de producción, dada la decisión de hoy, a partir del 1 de abril nadie -ni los países de la OPEP ni los que no son miembros de ella- están obligados a reducir la producción».
Después de no llegar a ningún acuerdo rompieron relaciones de cooperación en el mercado petrolero. Esta ruptura de cooperación entre las grandes potencias deja como consecuencia el incremento de la oferta en una época de descenso en la demanda del petróleo y crea una guerra de precios en el mercado.
Entre los países más afectados en Latinoamérica por todo este colapso, se encuentra Venezuela. Desde mediados del siglo XX la exportación de petróleo en Venezuela se convirtió en su mayor ingreso. Explotando principalmente este recurso, el país se volvió dependiente a la industria petrolera. Con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia empieza la destrucción de PDVSA, las expropiaciones de las empresas privadas petroleras y los endeudamientos con China y Rusia que dieron paso a un colapso de la industria, ejecutando los pocos ingresos.
En los últimos años bajo el régimen de Nicolás Maduro la producción de petróleo no ha sido rentable, según el economista Hermes Pérez quien en el pasado se desempeñó como analista del mercado petrolero en el Banco Central de Venezuela, explica: “la última información oficial por parte de PDVSA nos dice que en 2016 el costo promedio de producción de todos los tipos de crudo en el país estaba en 23 dólares el barril, y el pasado 17 de marzo, cuando todavía el Brent se cotizaba a 30 dólares, la cesta petrolera venezolana se cotizó en 21,30 dólares el barril, es decir, ya había pérdidas”.
Con la caída del precio del petróleo la situación para Venezuela será aún más caótica, Francisco Monaldi nos dice: «Las sanciones impuestas por Estados Unidos, la baja en la producción local y ahora la caída del precio en los mercados internacionales provocan una combinación letal para Venezuela».
Por los aires que soplan los próximos meses no serán de mejoras, el grupo de banca de inversión Goldman Sachs afirma: “en el segundo trimestre del año, el precio promedio del petróleo Brent podría descender hasta 20 dólares el barril…”
Con los precios del petróleo descendiendo y produciendo solo a pérdida, más la lamentable situación del campo petrolero con las refinerías abandonas, la falta de personal capacitado, poca inversión y la baja producción, Venezuela está viviendo, probablemente, la peor época en la industria petrolera.
Un recurso que hubiese beneficiado inmensamente al país, bajo las malas gestiones y la llegada de la deplorable plaga: socialismo del siglo XXI. Se volvió la pesadilla para la economía venezolana.
Lamentablemente el país está enfermo desde hace 20 años por el letal virus del socialismo, destruyó el país y llevó a la ruina a nuestra industria petrolera, ahora, afrontamos una pandemia, que agraviara la economía y la vida de los venezolanos donde el acto de vivir dignamente es casi una fantasía para la mayoría.
Venezuela se hunde en una riqueza, sin llegar a ser rica. Urge la Libertad!