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Recientemente una micro-cepa del coronavirus apareció de repente en Margarita, cuyo número de contagiados más o menos al momento es de unas 50 personas, generalmente adolescentes de una escuela de béisbol, la cual regenta una que otra persona con capacidad de viajar regularmente al exterior.

En efecto fue así, viajaron y trajeron el virus consigo que a su vez contagió, lamentablemente, a los muchachos de la escuela. Al respecto algún «nero» de por ahí diría: «hijo er diablo, aquí tenemos una corona de hambre desde hace años, pero esa coronavirus no es de Margarita…»

Por consiguiente, se suman a los casos de Margarita unos 200 más regados cuasi equitativamente en cada región del país. Es un brote, no es pandemia a Dios Gracia. Y si no fuera mortal «el bicho ese», pudiéramos decir sin aspavientos, de que en Venezuela hay un mínimo brote de virus gripal que ha atacado a menos de 300 personas en todo el país.

Sin embargo, estas valoraciones no van en desmedro de nada. Por ejemplo, una de las causas por las cuales el coronavirus ha sido «generoso» con nosotros los venezolanos, es que Venezuela no es destino turístico de nadie; tampoco es destino de negocios lícitos ni de inversiones honorables de ningún lugar del mundo, es un país en las ruinas.

Nadie nos visita; con esta «corona de hambre», tal como lo dice «el nero margariteño», a lo cual agregamos: con esta «corona de hambre muchísimo más matadora que cualquier virus, pero la tiranía no hace cadenas para dar el parte de muertes por hambre.

Tan «generoso» ha sido el virus con nosotros, «que el no quiso venir por su cuenta, tuvimos que ir a buscarlo»; en mucho nos paremos a los hermanos haitianos con los cuales el virus tampoco quiere nada.

Y seguimos, estas valoraciones no van en desmedro de nada ni de nadie, es decir, se los toma en cuenta para que no pasen desapercibidos.

El régimen tiránico, no teniendo donde esconderse del tigre de la verdad, se agarró del coronavirus, especie de «clavo caliente» que le descarnara los dedos sin poder gritar, porque al final quien mata de verdad es la falta de gasolina, por la causa que sea, los demás errores y horrores, por la causa que sea.

En total, la hambruna pre y pos coronavirus, por la causa que sea. Todo lo cual al final, mata.