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Son tantos los años que hemos vivido en socialismo que culturalmente nos hemos adaptado a hablar de masas, colectivo, bienestar social y luchas “reivindicativas” que solo atentan contra el individuo y la libertad.

Cuando se intenta aniquilar las individualidades y anteponer a las masas por encima del ciudadano, sus derechos y libertades en nombre del bien común y la sociedad, nos enfrentamos al reto de luchar con más fuerza y convicción para defender nuestros derechos más básicos y elementales; en nombre de la justicia social, reivindicaciones y colectivo se han cometido los peores crímenes de la humanidad.

Nuestro reto como generación liberal es romper con esas cadenas del marxismo ideológico y cultural, es defender por encima de todo, la libertad. Nuestra lucha hoy no solo es ante sistemas y regímenes socialistas y totalitarios, también nos compete contra toda organización o movimiento que busque desestabilizar la libertad y aniquilar al individuo.

Como sociedad no podemos permitir que la izquierda y sus lobbys logren imponer sus reglas de juego como las leyes de cuotas y paridad, aniquilando de esta forma la meritocracia y el trabajo; no podemos tolerar la pretensión de crear un nuevo débil jurídico por otorgar privilegios y prerrogativas para un género determinado gracias a campañas de victimización y el resentimiento.

La lucha feminista actual no es más que la lucha por la superioridad y los privilegios y no de las ideas; el feminismo atenta contra la igualdad ante la ley, contra el valor del trabajo y esfuerzo, contra el talento y la meritocracia. El feminismo busca imponer el género por la fuerza, pero no se esfuerza por trabajar y ganarse un lugar.

Bajo la premisa “más mujeres en el poder” se defiende la ley de cuotas, pero lo real es que somos pocas las mujeres que tomamos la iniciativa de involucrarnos y hacer vida política, si su campaña fuese para la integración para que más mujeres decidan intentarlo, solo quizás de esa forma los resultados serían distintos.

Cada vez que escuchemos a una mujer decir que juntas podemos lograrlo, pero solas jamás, debemos entender que no solo busca manipularlos, sino que esa persona nos subestima, que no nos respeta como individuo, y muchísimo menos nuestro talento y trabajo.

Creo en una sociedad de hombres y mujeres fuertes, libres y prósperos, a esos que le temen los socialistas.

@WilmaryMejias

Coord. Nacional de Organización

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