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Los valores son aquellas cualidades que se destacan en cada individuo y que a su vez, le impulsan a actuar de una u otra manera porque forman parte de sus creencias, determina sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos.

En este sentido, los valores definen los pensamientos de las personas y la manera en cómo desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean.

Sin embargo esto último en la actualidad no se cumple, en nuestra nación venezolana, la carencia de afecto se ha perdido, la falta de protección desde el Estado y las pocas personas creíbles nos impiden poder ver más allá de nuestros problemas (que ya son demasiados) en un país parcializado por ideologías equivocadas, que en su momento fueron aceptadas por la sociedad como una alternativa de salir del “supuesto hueco” en el que nos encontrábamos. Lo que no sabíamos es que nos dirigíamos a un túnel sin salida, que resultó ser peor que el rescate de aquel agujero al cual creíamos mortal.

Es necesario e importante reflexionar desde el corazón y el alma, e iniciar una reconciliación con nosotros mismos y nuestra familia, al igual que con amigos y principalmente con nuestra amada nación; encontrar un punto de inicio que permita darnos la mano sin envidias, avaricias, intereses, abusos y competitividad desleal. Hoy TODOS los sistemas en Venezuela colapsaron, la familia, las iglesias, la educación, el sistema político,  los militares; solo predomina la viveza criolla, así como el deterioro moral y espiritual. Si bien tenemos un problema político severo y grave, lo peor que nos sucede es la decadencia de valores que nos lleva a un desánimo donde muchos sin exagerar, piensan ya no seguir vivos, donde alguno o muchos me atrevería a decir prefieren desaparecer; es una tortura diaria ser venezolano, pues los servicios básicos no funcionan, no hay nada para producir, y el poco que lo puede hacer, solo piensa si le alcanzará,  y hasta cuándo durará.

La falta de interés por avanzar cada día es peor, ya que vemos que nada nos conduce a ningún lado, el periodismo en Venezuela perdió su profesionalismo y los medio prefirieron ser (algunos) parte del problema y no de la solución. Es difícil pedir positivismo en una nación que pareciera que es controlada por un demonio a quien le satisface vernos sufrir, y soy franco, creo que si es así. Muchos no se han dado cuenta de lo que espiritualmente ocurre, y menos el grado social tan devastador. Es necesario pasar por la búsqueda de un entendimiento sin apresurarnos a dar respuestas, aceptar que somos humanos y que en estos momentos todos estamos mal, para entonces permitir en vista de nuestro reconocimiento construir una nueva nación, con nuevos ideales, ya aquí no existe el tema reconstrucción, porque aquí no hay nada que reconstruir, aquí nos toca aceptar que todo se acabó, y que desde cero debemos iniciar una construcción; olvidarnos de los estorbos, quien se quiera quedar sentado que lo haga, pero no podemos permitir que nos estorben.

Debemos iniciar en el punto de ataque principal: la reeducación de los Venezolanos; urge el diseño de darle a los ciudadanos la esperanza de unos padres y madres de la patria que anhelan verles florecer en un nuevo país, que sientan que no están solos, que sus lágrimas sean el pequeño chorrito que inicie el gran rio de la nueva Venezuela, y que su dolor e impotencia sea la fuerza que nos impulse a construir nuestro nuevo futuro.                                            

Antonio Bermúdez

Coord. estadal de Promoción de Valores de @ventebarinas